Deportes

* Metamorfosis

Por Jaime García Elías

La liebre, como suele hacerlo, saltó donde menos se esperaba...
Saltó ayer, en Toluca, donde el Necaxa hizo algo que no estaba previsto en ninguna profecía, ni siquiera después de su victoria de la jornada anterior ante el América... especialmente a partir de las versiones de algunos “expertos”, en el sentido de que los “Rayos” ganaron desde un escritorio del Distrito Federal, porque ese partido estaba “arreglado”.
Saltó en el Estadio Azteca, porque tampoco bastó con la citada derrota americanista en Aguascalientes, para apostar por un nuevo descalabro de los capitalinos, esta vez en su cancha y ante un Morelia errático.
Y saltó, por sobre todas las cosas, en el nuevo estadio de las “Chivas”, donde los dueños de la casa no se limitaron a ganar, como habían hecho dos semanas antes, a costa del Atlante, sino que, por primera vez en mucho tiempo, mostraron una fisonomía futbolística convincente.

*

En efecto: por encima de que los rojiblancos, de un salto, alcanzaron a Monterrey y Santos Laguna --finalistas del torneo anterior-- en el subliderato de su grupo, y pasaron, en consecuencia, de la triste condición de extras a la envidiable de protagonistas del certamen, lo mejor del 4-1 del Guadalajara al Pachuca fue el nuevo rostro del equipo rayado.
La presencia de dos caras nuevas (los debutantes Gallardo y Mora) y la ausencia en el cuadro inicial de los supuestamente consagrados Bautista, Arellano y Fabián, hicieron la diferencia. El equipo que desde el anterior Torneo de Apertura 2010 (y muy particularmente desde la festejada transferencia del “Chicharito” Hernández al Manchester United) comenzó a dar tumbos, fue otro. ¡Muy otro...!

*

El del sábado fue un Guadalajara como el de los buenos tiempos. Fue un equipo que tuvo imaginación, alegría... y, por sobre todas las cosas, contundencia. Cuatro goles, dos tiros a los palos y por lo menos dos oportunidades claras más, que por muy poco no se concretaron, retratan, de cuerpo entero, al mejor Guadalajara de mucho tiempo.
Sin embargo, convendría recomendar una poca de mesura antes de echar a vuelo las campanas...
Convendría reparar en que aún está por verse si el aplastante, rotundo, categórico 4-1 retrata, en efecto, al poderío del Guadalajara que José Luis Real armó para ese partido, con jugadores cuya presencia habría operado, como por arte de magia, una espectacular metamorfosis... o si retrata, en realidad, a un Pachuca lamentable.
Tiempo al tiempo...
Síguenos en

Temas

Sigue navegando