Deportes

* Excepciones

Por Jaime García Elías

Es exactamente al revés de como se plantea...
No es que se dificulte la aparición de goleadores en los equipos mexicanos porque las plazas de centro delantero hayan sido secuestradas por jugadores extranjeros. Al contrario: la mayoría de los equipos se suscribe sistemáticamente a la importación de atacantes, de donde los haya más o menos accesibles, porque la producción nacional, en ese rubro, tanto cuantitativa como cualitativamente hablando, es de una pobreza franciscana desoladora.

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El espectáculo se reedita de manera cíclica: al final de cada campeonato, los equipos más dejados de la mano de Dios en materia de goles, y por lo tanto de puntos, y por lo tanto de competitividad, y por lo tanto amenazados por el fantasma del descenso, aplican, en la medida de sus posibilidades financieras, la única fórmula --el clásico consejo de cajón de sastre-- que conocen: la búsqueda de refuerzos, preferentemente en los consabidos mercados de piernas sudamericanos.
La historia avala la eficacia de lo que en los orígenes del deporte profesional en México fue un recurso, y que al paso del tiempo se ha convertido en un sistema. No sólo es el hecho, sobradamente documentado, de que la mayoría de los campeones goleadores en este país hayan sido extranjeros; es que, vía de regla, de los diez o doce jugadores que aportan cuotas de goles significativas y se vuelven, en ese aspecto, protagonistas en las competencias domésticas, siete u ocho, vía de regla, son extranjeros. Los mexicanos cumplen con una presencia minoritaria y con contribuciones meramente simbólicas.

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La confirmación de que así son las cosas, y de que la producción nacional, en ese departamento, está de dar pena, se da por dos vías: una, la ausencia de atacantes --y de goleadores, en concreto-- entre los mexicanos que emigran al extranjero; otra... las penurias por las que pasa el entrenador nacional en turno --llámese como se llame-- a la hora de convocar atacantes para hacer frente a los compromisos de la Selección Nacional. ¡Ay, Dios...!
Por supuesto, hay ocasionales excepciones a la regla. Fue el caso, en sus años de gloria con el Real Madrid, de Hugo Sánchez. Pudiera ser, en un futuro próximo, si mantiene la regularidad y alcanza el punto de madurez que se vislumbra con el Manchester United, el del “Chicharito” Hernández.
Pero son eso: las excepciones... encargadas, precisamente, de confirmar la regla.
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