Deportes

* Crema

Por Jaime García Elías

La pretensión de colocar etiquetas, empezando por él mismo, es una debilidad atávica del “homo sapiens”. A veces, en ese afán, acierta, como cuando se califica como “El lobo del hombre”. A veces, en cambio, como cuando se autodenomina “El rey de la Creación” -- “cualquier baba de perico”, diría el paisano--, incurre en una arrogancia ridícula.
Ese afán, por supuesto, se extiende al peculiar mundillo del futbol. Hasta antes del Mundial de Alemania-2006, la FIFA confeccionaba clasificaciones que solían incluir pifias escandalosas. (Una de ellas, reiterativa, consistía en colocar a México entre las primeras diez potencias del deporte --llegaron a ponerlo en cuarto lugar--... a pesar de que los malditos hechos se empecinaban no sólo en desmentirlos sino en exhibirlos como los tontos de Patolandia). Después de ese Mundial, la tarea ha correspondido a la Federación Internacional de Historia y Estadística del Deporte, con resultados disparejos: “De cal y de arena”.

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Entre los de cal ha aparecido la seriedad con que se elaboran las clasificaciones mensuales por países, en función tanto de su prosapia como de sus resultados recientes. El futbol mexicano, en ese capítulo, se ha desplomado del “Ten top” a un lugar modesto --actualmente ocupa el peldaño número 27--, para experimentar, en cabeza propia, la verdad de la conseja evangélica: “El que se ensalza, será humillado...”. Entre los de arena, la reciente clasificación de “los mejores técnicos de selecciones nacionales durante 2010”, en la que Javier Aguirre aparece en el lugar número 14.

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Hay que puntualizar: una cosa es que el “Vasco” haya sido, en efecto, uno de los 32 técnicos mundialistas en Sudáfrica, y otra muy diferente que se le deba considerar como el 14o. director técnico en el mundo.
La lista de los sabios del futbol marginados por el azar del elenco de los mundialistas, es infinita. En ella están, por mencionar unos cuantos botones de muestra, celebridades como Pep Guardiola, “campeón de todo” en el 2010 con el Barcelona; vacas sagradas como José Mourinho, que también llegó a la cima con el Inter de Milán; leyendas vivientes del futbol, como Sin Alex Ferguson... y cien más.
(Menos mal que Javier Aguirre tiene los pies razonablemente bien puestos en la tierra. Que si se tratara de La Volpe o del tal Hugo, no alcanzaría toda la crema disponible en Tapalpa para echársela a sus tacos).
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