Cultura
Zonas arqueológicas del país recuperan su esplendor en 2010
Los trabajos realizados en 2010, continuarán, en algunos casos en 2011, para regresarles su esplendor ancestral o revelarlos al mundo como vestigios de la milenaria cultura prehispánica de México
INAH) destacó las intensas obras que realizaron sus especialistas en las zonas arqueológicas del país durante 2010 como la reapertura de la Bocana del Río Copalita, en Huatulco, Oaxaca, y el carro-robot para explorar el túnel del Templo de Quetzalcóatl, en Teotihuacan.
La Bocana del Río Copalita es un lugar prehispánico que incluye una cancha de Juego de Pelota de 45 metros de longitud por 23 de ancho (en uso de 200 a 400 después de Cristo), el llamado Templo de la Serpiente que coincide con esta temporalidad, además de una plataforma que posiblemente fue la base de un templo hacia el 500 antes de Cristo.
El INAH indicó que las labores arqueológicas que se desarrollarán en 2011 en este lugar -que representó la frontera de los señoríos mixteco y zapoteco- se enfocarán en consolidar el denominado Templo Mayor, que es el edificio más grande del área cívica-ceremonial, cuya base mide 60 metros de ancho por 75 de largo.
A partir de estos trabajos se espera obtener nuevos datos sobre la jerarquía que dominó esta ciudad prehispánica, porque se cree que en esta edificación residió la clase gobernante.
El pasado 23 de septiembre se celebraron cien años de la apertura al público y de exploraciones de la Zona Arqueológica de Teotihuacan, mismas que han permitido profundizar en el conocimiento de esta antigua civilización que en su tiempo (150 a.C. - 650 d.C.) llegó a ser la sexta ciudad más grande del mundo.
En la actualidad Teotihuacan vive una nueva etapa en los trabajos arqueológicos del sitio prehispánico, marcada por la aplicación de tecnologías de punta, como el georradar, escáner láser y un equipo de robótica.
Las investigaciones que se realizan en Teotihuacan, mediante el Proyecto Tlalocan: Camino bajo la tierra, se acrecentaron este año con el uso de un pequeño carro-robot operado a control remoto, el cual ha ofrecido las primeras imágenes del interior de un túnel localizado debajo del Templo de la Serpiente Emplumada; el pasaje subterráneo fue construido hace más de dos mil años por los teotihuacanos para representar y realizar distintos rituales relacionados con el inframundo, detalló el INAH.
En materia de arqueología subacuática, en febrero se sondeó el cenote Las Calaveras, en Quintana Roo, el cual podría ser el depósito funerario de la época prehispánica mejor conservado y el de mayor concentración de esqueletos humanos del área maya. Hasta el momento, en su profundidad se han encontrado 120 osamentas y se calcula que la cifra podría ascender a los 150, conforme avancen las investigaciones.
En mayo, durante los trabajos de restauración de la Zona Arqueológica de Toniná, en Chiapas, se corroboró que ésta es una de las edificaciones piramidales más grandes de Mesoamérica con 75 metros de altura, sólo comparable con otras del área maya ubicadas en Tikal y El Mirador, en Guatemala. Como referencia, la Pirámide del Sol, en Teotihuacan, tiene una altitud de 65 metros.
En la Zona Arqueológica de Xochicalco, en Morelos, emprendieron los trabajos de exploración de una calzada prehispánica de aproximadamente 240 metros que conduce a un templo ceremonial dedicado a Quetzalcóatl.
Las labores se realizaron en julio y agosto, con una inversión de poco más de un millón de pesos aportados por el Programa de Empleo Temporal (PET), desarrollado por el INAH y la Secretaría de Desarrollo Social, que se destinaron al retiro de vegetación que cubría el empedrado de más de mil años de antigüedad y que lleva a la cima del cerro La Bodega o Coatzin (serpiente), donde se localiza un templo similar en relevancia a la Pirámide de la Serpiente Emplumada.
También en agosto, especialistas mexicanos extrajeron de una cueva inundada en Quintana Roo, a 13 kilómetros de Tulum, el esqueleto de un ser humano que vivió en la Era de Hielo, hace más de 10 mil años, y que se encontraba a 542 metros de distancia de la entrada de la anegada caverna y a más de ocho metros de profundidad.
Denominado como el Joven de Chan Hol, -por el nombre del cenote donde fue hallado y el escaso desgaste de su dentadura que indica corta edad-, el esqueleto se sumó a otros tres (La Mujer de Naharon, La Mujer de las Palmas y El Hombre del Templo) encontrados también en cuevas inundadas cercanas a Tulum.
Por otra parte, también en agosto en la Zona Arqueológica Plan de Ayutla, en Chiapas, el INAH efectuó diversos trabajos de consolidación y restauración de antiguas construcciones mayas, únicas en su arquitectura, así como de un juego de pelota de 65 metros considerado el más grande de la región del Alto Usumacinta.
Ubicado en el municipio de Ocosingo, Plan de Ayutla forma parte de un corredor cultural que incluye a otras urbes mayas como Bonampak, Palenque y Yaxchilán; fue ocupado de 200 a 950 d.C. y, de acuerdo con estudios epigráficos este sitio pudo haber sido en la época prehispánica alguna de las dos legendarias ciudades míticas de las que partió el linaje fundador de Bonampak: Sak T'zi' o Ak'e'.
Son algunos de los trabajos realizados por los expertos del INAH en 2010, que continuarán, en algunos casos en 2011, para regresarles su esplendor ancestral o revelarlos al mundo como vestigios de la milenaria cultura prehispánica de México.
CIUDAD DE MÉXICO (24/DIC/2010).- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (
La Bocana del Río Copalita es un lugar prehispánico que incluye una cancha de Juego de Pelota de 45 metros de longitud por 23 de ancho (en uso de 200 a 400 después de Cristo), el llamado Templo de la Serpiente que coincide con esta temporalidad, además de una plataforma que posiblemente fue la base de un templo hacia el 500 antes de Cristo.
El INAH indicó que las labores arqueológicas que se desarrollarán en 2011 en este lugar -que representó la frontera de los señoríos mixteco y zapoteco- se enfocarán en consolidar el denominado Templo Mayor, que es el edificio más grande del área cívica-ceremonial, cuya base mide 60 metros de ancho por 75 de largo.
A partir de estos trabajos se espera obtener nuevos datos sobre la jerarquía que dominó esta ciudad prehispánica, porque se cree que en esta edificación residió la clase gobernante.
El pasado 23 de septiembre se celebraron cien años de la apertura al público y de exploraciones de la Zona Arqueológica de Teotihuacan, mismas que han permitido profundizar en el conocimiento de esta antigua civilización que en su tiempo (150 a.C. - 650 d.C.) llegó a ser la sexta ciudad más grande del mundo.
En la actualidad Teotihuacan vive una nueva etapa en los trabajos arqueológicos del sitio prehispánico, marcada por la aplicación de tecnologías de punta, como el georradar, escáner láser y un equipo de robótica.
Las investigaciones que se realizan en Teotihuacan, mediante el Proyecto Tlalocan: Camino bajo la tierra, se acrecentaron este año con el uso de un pequeño carro-robot operado a control remoto, el cual ha ofrecido las primeras imágenes del interior de un túnel localizado debajo del Templo de la Serpiente Emplumada; el pasaje subterráneo fue construido hace más de dos mil años por los teotihuacanos para representar y realizar distintos rituales relacionados con el inframundo, detalló el INAH.
En materia de arqueología subacuática, en febrero se sondeó el cenote Las Calaveras, en Quintana Roo, el cual podría ser el depósito funerario de la época prehispánica mejor conservado y el de mayor concentración de esqueletos humanos del área maya. Hasta el momento, en su profundidad se han encontrado 120 osamentas y se calcula que la cifra podría ascender a los 150, conforme avancen las investigaciones.
En mayo, durante los trabajos de restauración de la Zona Arqueológica de Toniná, en Chiapas, se corroboró que ésta es una de las edificaciones piramidales más grandes de Mesoamérica con 75 metros de altura, sólo comparable con otras del área maya ubicadas en Tikal y El Mirador, en Guatemala. Como referencia, la Pirámide del Sol, en Teotihuacan, tiene una altitud de 65 metros.
En la Zona Arqueológica de Xochicalco, en Morelos, emprendieron los trabajos de exploración de una calzada prehispánica de aproximadamente 240 metros que conduce a un templo ceremonial dedicado a Quetzalcóatl.
Las labores se realizaron en julio y agosto, con una inversión de poco más de un millón de pesos aportados por el Programa de Empleo Temporal (PET), desarrollado por el INAH y la Secretaría de Desarrollo Social, que se destinaron al retiro de vegetación que cubría el empedrado de más de mil años de antigüedad y que lleva a la cima del cerro La Bodega o Coatzin (serpiente), donde se localiza un templo similar en relevancia a la Pirámide de la Serpiente Emplumada.
También en agosto, especialistas mexicanos extrajeron de una cueva inundada en Quintana Roo, a 13 kilómetros de Tulum, el esqueleto de un ser humano que vivió en la Era de Hielo, hace más de 10 mil años, y que se encontraba a 542 metros de distancia de la entrada de la anegada caverna y a más de ocho metros de profundidad.
Denominado como el Joven de Chan Hol, -por el nombre del cenote donde fue hallado y el escaso desgaste de su dentadura que indica corta edad-, el esqueleto se sumó a otros tres (La Mujer de Naharon, La Mujer de las Palmas y El Hombre del Templo) encontrados también en cuevas inundadas cercanas a Tulum.
Por otra parte, también en agosto en la Zona Arqueológica Plan de Ayutla, en Chiapas, el INAH efectuó diversos trabajos de consolidación y restauración de antiguas construcciones mayas, únicas en su arquitectura, así como de un juego de pelota de 65 metros considerado el más grande de la región del Alto Usumacinta.
Ubicado en el municipio de Ocosingo, Plan de Ayutla forma parte de un corredor cultural que incluye a otras urbes mayas como Bonampak, Palenque y Yaxchilán; fue ocupado de 200 a 950 d.C. y, de acuerdo con estudios epigráficos este sitio pudo haber sido en la época prehispánica alguna de las dos legendarias ciudades míticas de las que partió el linaje fundador de Bonampak: Sak T'zi' o Ak'e'.
Son algunos de los trabajos realizados por los expertos del INAH en 2010, que continuarán, en algunos casos en 2011, para regresarles su esplendor ancestral o revelarlos al mundo como vestigios de la milenaria cultura prehispánica de México.
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