Cultura
Yo creo en la resurrección del cuento: Sergio Ramírez
El nicaragüense presenta su libro 'Flores Oscuras' en la FIL 2013
GUADALAJARA, JALISCO (01/DIC/2013.- "Lo que ocurre con la literatura es que todo depende de la forma en que uno cuenta las historias que están ahí", ataja contudente el escritor nicaragüense, Sergio Ramírez (Masatepe, 1942), que a más de 20 años de haber pisado tierra tapatía por primera vez, retorna a la
Feria Internacional del Libro (FIL) para presentar su más reciente obra: "Flores Oscuras", una antología de cuentos personales que exploran directamente la crónica periodística.
El también novelista -ganador del Premio Alfaguara en 1998, por su obra "Margarita, está linda la mar"- exhibe pasajes anecdóticos de su vida sumados a episodios sacados de las noticias periodísticas, en las que a través de los años encontró a personajes dignos de rescatar de los tabloides y el escarnio social.
En un vaivén de historias paralelas, "Flores Oscuras" desnuda la intimidad de personajes tan distantes y semejantes entre sí mediante estampas emocionales, donde lo lúgubre del alma humana se explora en sus máximos niveles, dando voz y vida a arquetipos fuera de lo común, pero que pueden parecerse a cualquiera.
"Hay otros que ocurren en mi propio presente, recogidos de los periódicos en donde se encuentran verdaderas historias literarias que uno puede captar para escribir un cuento. Soy un gran lector de las páginas policíacas, en donde ocurren sucesos que involucran a personas que tienen una vida oscura, marginal, que fueron víctimas o victimarios. Creo que los cuentos no tienen que ver con grandes personajes".
Así es como "Flores Oscuras" camina por diversas perspectivas y escenarios, incluso, abarcando panoramas deportivos que se transforman en verdaderas historias de impacto cultural, dando origen a uno de los cuentos más queridos por el el nicaragüense: "Me fascinan las historias de los boxeadores, así escribí 'La puerta falsa', un boxeador de Tijuana que va de un lado a otro de la frontera haciendo peleas de relleno hasta que lo llaman a formar parte de la cartelera estelar donde se presentaría Julio César Chávez, y es ahí donde se encuentra con la tragedia".
Otro de los tópicos en los cuentos de Sergio Ramírez es la conciencia, "una historia muy común que se puede ver en Centroamérica, México, Colombia y a donde vayamos, donde el poder del narcotráfico logra doblegar la justicia, los jueces, los fiscales, los policías, porque su poder es inmensurable en cuanto a dinero. Quise contar la historia de un juez que, por dinero, saca de la cárcel a un narco. Todos, en algún momento de la vida buscamos el tranquilizar a la conciencia".
México, un cuentista nato
Para el autor de "Castigo divino", México es uno de los foros más destacados para exportar cuentos de gran calidad más allá del reconocimiento local, al señalar que la narrativa mexicana para él representa un fruto constante de una renovación: "Yo me asombro de ver a escritores tan jóvenes con una obra literaria que vale la pena leer, pero conozco más a novelistas que a cuentistas por la falta de proyección", explica el escritor al declararse gustoso de autores como Rosa Beltrán, Ignacio Padilla y Jorge Volpi.
No obstante, destaca que hace falta retomar la difusión de los cuentos clásicos y de las nuevas plumas literarias: "Hubo una época en el que el cuento decreció porque las editoriales, y todavía, llegaban a preferir a las novelas. Cuando empecé a escribir el cuento era muy importante, se publicaban libros y había un auge, tan solo en México había una revista que se llenaba 'El Cuento' que la dirigía Edmundo Valadez".
"Creo en la resurrección del cuento porque es un género atractivo para el lector. Uno puede terminarlo en el metro, en el autobús y hasta en la sala de espera del dentista, y una novela, no. Para eso fue inventado el cuento, sobre todo en Estados Unidos, en donde hay 400 revistas que publican cuentos, aquí se perdió esa costumbre".
Frase:
"Uno puede escribir en la más difícil de las circunstancia si siente la necesidad de escribir". Sergio Ramírez, premio Alfaguara 1998.
Para saber
En el transcurso del mes de diciembre, el Fondo de Cultura Económica publicará una edición -de 600 páginas- de cuentos completos de Sergio Ramírez, textos anteriores a Flores Oscuras.
Preguntas:
¿Qué libros que se estén presentando en la FIL recomienda?
-Yo presenté "Música para perros" de Alejandro Páez, un libro muy bueno sobre lo que malamente se llama la narconovela, porque parecería que la literatura es una rama más del negocio del narcotráfico, pero esta novela es sobre la realidad, está muy bien escrita.
Lo positivo y negativo de la FIL :
-Negativo no tengo nada que mencionar, me parece que la FIL es un gran hito de la cultura latinoamericana, la feria en español más grande del mundo, ninguna se le compara. Me alegra mucho que vaya creciendo en importancia cada vez más.
¿Cómo vive la FIL?
-Estoy muy impresionado por la cantidad de público que hay. La primera vez que vine fue como en 1993, cuando le dieron el premio Juan Rulfo a Nicanor Parra, iba empezando la feria, hace 20 años.
¿Qué es ser escritor?
-La escritura es un oficio. Un escritor es como un albañil o carpintero que tiene que hacer su trabajo con disciplina, dedicación, no improvisar el trabajo pero tampoco desesperarse y no creer que el mundo se está acabando porque el libro no se ha publicado, hay que trabajar la página hasta que uno considere que ya vale.
EL INFORMADOR /NORMA GUTIÉRREZ
El también novelista -ganador del Premio Alfaguara en 1998, por su obra "Margarita, está linda la mar"- exhibe pasajes anecdóticos de su vida sumados a episodios sacados de las noticias periodísticas, en las que a través de los años encontró a personajes dignos de rescatar de los tabloides y el escarnio social.
En un vaivén de historias paralelas, "Flores Oscuras" desnuda la intimidad de personajes tan distantes y semejantes entre sí mediante estampas emocionales, donde lo lúgubre del alma humana se explora en sus máximos niveles, dando voz y vida a arquetipos fuera de lo común, pero que pueden parecerse a cualquiera.
"Hay otros que ocurren en mi propio presente, recogidos de los periódicos en donde se encuentran verdaderas historias literarias que uno puede captar para escribir un cuento. Soy un gran lector de las páginas policíacas, en donde ocurren sucesos que involucran a personas que tienen una vida oscura, marginal, que fueron víctimas o victimarios. Creo que los cuentos no tienen que ver con grandes personajes".
Así es como "Flores Oscuras" camina por diversas perspectivas y escenarios, incluso, abarcando panoramas deportivos que se transforman en verdaderas historias de impacto cultural, dando origen a uno de los cuentos más queridos por el el nicaragüense: "Me fascinan las historias de los boxeadores, así escribí 'La puerta falsa', un boxeador de Tijuana que va de un lado a otro de la frontera haciendo peleas de relleno hasta que lo llaman a formar parte de la cartelera estelar donde se presentaría Julio César Chávez, y es ahí donde se encuentra con la tragedia".
Otro de los tópicos en los cuentos de Sergio Ramírez es la conciencia, "una historia muy común que se puede ver en Centroamérica, México, Colombia y a donde vayamos, donde el poder del narcotráfico logra doblegar la justicia, los jueces, los fiscales, los policías, porque su poder es inmensurable en cuanto a dinero. Quise contar la historia de un juez que, por dinero, saca de la cárcel a un narco. Todos, en algún momento de la vida buscamos el tranquilizar a la conciencia".
México, un cuentista nato
Para el autor de "Castigo divino", México es uno de los foros más destacados para exportar cuentos de gran calidad más allá del reconocimiento local, al señalar que la narrativa mexicana para él representa un fruto constante de una renovación: "Yo me asombro de ver a escritores tan jóvenes con una obra literaria que vale la pena leer, pero conozco más a novelistas que a cuentistas por la falta de proyección", explica el escritor al declararse gustoso de autores como Rosa Beltrán, Ignacio Padilla y Jorge Volpi.
No obstante, destaca que hace falta retomar la difusión de los cuentos clásicos y de las nuevas plumas literarias: "Hubo una época en el que el cuento decreció porque las editoriales, y todavía, llegaban a preferir a las novelas. Cuando empecé a escribir el cuento era muy importante, se publicaban libros y había un auge, tan solo en México había una revista que se llenaba 'El Cuento' que la dirigía Edmundo Valadez".
"Creo en la resurrección del cuento porque es un género atractivo para el lector. Uno puede terminarlo en el metro, en el autobús y hasta en la sala de espera del dentista, y una novela, no. Para eso fue inventado el cuento, sobre todo en Estados Unidos, en donde hay 400 revistas que publican cuentos, aquí se perdió esa costumbre".
Frase:
"Uno puede escribir en la más difícil de las circunstancia si siente la necesidad de escribir". Sergio Ramírez, premio Alfaguara 1998.
Para saber
En el transcurso del mes de diciembre, el Fondo de Cultura Económica publicará una edición -de 600 páginas- de cuentos completos de Sergio Ramírez, textos anteriores a Flores Oscuras.
Preguntas:
¿Qué libros que se estén presentando en la FIL recomienda?
-Yo presenté "Música para perros" de Alejandro Páez, un libro muy bueno sobre lo que malamente se llama la narconovela, porque parecería que la literatura es una rama más del negocio del narcotráfico, pero esta novela es sobre la realidad, está muy bien escrita.
Lo positivo y negativo de la FIL :
-Negativo no tengo nada que mencionar, me parece que la FIL es un gran hito de la cultura latinoamericana, la feria en español más grande del mundo, ninguna se le compara. Me alegra mucho que vaya creciendo en importancia cada vez más.
¿Cómo vive la FIL?
-Estoy muy impresionado por la cantidad de público que hay. La primera vez que vine fue como en 1993, cuando le dieron el premio Juan Rulfo a Nicanor Parra, iba empezando la feria, hace 20 años.
¿Qué es ser escritor?
-La escritura es un oficio. Un escritor es como un albañil o carpintero que tiene que hacer su trabajo con disciplina, dedicación, no improvisar el trabajo pero tampoco desesperarse y no creer que el mundo se está acabando porque el libro no se ha publicado, hay que trabajar la página hasta que uno considere que ya vale.
EL INFORMADOR /NORMA GUTIÉRREZ
Síguenos en