Cultura

Yaquis llevan a la ciudad rituales de Cuaresma y Semana Santa

Partiendo de la evangelización Jesuita, consideran el tiempo cuaresmal como un lapso para expiación de pecados

Yaquis llevan a la ciudad rituales de Cuaresma y Semana Santa
HERMOSILLO, SONORA (01/ABR/2015).- Integrantes de la etnia Yaqui, asentados en esta capital, han traído hasta la ciudad sus rituales religiosos de Cuaresma y Semana Santa, cuyas raíces parten de creencias religiosas como la evangelización Jesuita.
 
El tiempo para los yaquis está dividido en el tiempo ordinario y el cuaresmal, este último considerado como un periodo extraordinario que se asume como el lapso para la expiación de los pecados, explicó Tonatiuh Castro Silva, investigador de la Unidad Regional de Culturas Populares de Sonora.
 
Refirió que la participación en el ritual de Cuaresma y Semana Santa de los yoreme o yaquis se ofrece para expiar los pecados o pedir a Dios un favor para el participante o un familiar.
 
En su publicación "Rituales yaquis de Semana Sant a y Cuaresma" señaló que el trasfondo es una representación teatral religiosa de la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
 
La representación ritual es realizada por diversos tipos de participantes que son "puros", "impuros", así como madrinas y padrinos, refirió.
 
Los "impuros" se dividen a su vez en militares y danzantes pascola y venado; los miembros de "la tropa", representan simultáneamente a las autoridades romanas y a los judíos.
 
Sus cargos o roles son: chapayekas o fariseos, cabos, tamborero, flautero, bandereros, sargento, teniente, capitanes y pilatos.
 
El fariseo o chapayeka conforma el contingente más numeroso y vistoso, es un personaje que fusiona y representa de manera simultánea al soldado romano y a los fariseos judíos.
 
El grupo de los "puros" está encabezado por el maestro, quien coordina las actividades religiosas del ritual. En Hermosillo, quienes dirigen y se hacen cargo de las actividades religiosas en distintos momentos son el pilato, las cantoras y un sacerdote.
 
En la colonia Coloso Alto, al oriente de esta capital y enclavada entre cerros, se encuentra desde la década de los treinta del siglo pasado uno de los ocho terrenos ceremoniales de los yaquis.
 
Algunos integrantes de esta etnia, asentada en ocho pueblos enclavados en el sur de Sonora, residen en Hermosillo desde 1740 cuando fueron traídos como esclavos a la hacienda de uno de los fundadores de esta ciudad.
 
Hasta el Coloso Alto llegan personas de todas las edades para apreciar las ceremonias y rituales de los fariseos en el lugar, donde los participantes viven durante el periodo cuaresmal y de Semana Mayor, pues una de las normas tradicionales.
 
Castro Silva explicó que la apariencia y vestimenta de los fariseos yaquis es sofisticada. Su máscara está decorada con colores y añadiduras, aunque puede ser tradicional con grandes orejas blancas puntiagudas con una flor roja.
 
La máscara que portan los chapayekas puede ser también de un personaje mediático y otros elementos que caracterizan la vestimenta del soldado yaqui son cinturón con pezuñas de animal, cobija en la parte superior del cuerpo.
 
Asimismo, el fariseo yaqui porta cuchillo y espada de madera, decorados con fondo blanco y diversos colores.
 
El investigador explicó que se considera que los fariseos, por la naturaleza de su personaje deben pagar su culpa, siendo castigados por eso y en tiempo extraordinario de Cuaresma y Semana Santa no deben usar la mano derecha ni hablar con la máscara puesta.
 
Asimismo, tampoco deben fumar, bañarse, tomar leche, café o alcohol, comer carne ni acercarse a las mujeres.
 
El Capitán Mayor de Tropa del terreno ceremonial del Coloso Alto, Joel Coronado Amado, señaló que este año hay 87 fariseos en el lugar, principalmente jóvenes, cuyas edades fluctúan entre los 15 y los 25 años, aunque también hay algunos adultos.
 
Es indígena Yaqui, nacido en el pueblo de Bácum y empezó sus participaciones como cabo en las ceremonias de Cuaresma y Semana Santa, pasando también como fariseo y teniente.
 
Explicó que los fariseos o chapayekas participan en estos rituales "muchas veces son mandas por enfermedad de un familiar y uno pide por la salud, es una manera de que nosotros hagamos un sacrificio, entrando de fariseo".
 
Mencionó que los fariseos, que pueden ser descendientes de yaquis o cualquier persona de la comunidad, se abstienen de comodidades, pues empiezan el miércoles de ceniza y concluyen el domingo de Pascua.
 
En ese periodo, destacó, no deben bañarse, ni van a su casa y duermen en el suelo y a la intemperie; el que entra aquí no trabaja y para ello sale de vacaciones del trabajo o piden permiso, lo mismo sucede con quienes estudian.
 
Cada viernes se realiza el llamado konti o procesión y durante toda la semana rezan el rosario a las 17:00 horas en el templo que han montado con paredes y techo de palma, con la participación del "metro", lo que sería un sacerdote en la religión católica.
 
Coronado Amado indicó que la Semana Santa es la que tiene mayor número de actividades en el terreno ceremonial y se espera -dijo- la participación de unos 230 fariseos en total.
 
Refirió que desde los tres años de edad los niños pueden iniciar sus participaciones en los rituales, desarrollando el papel de "cabo" que es el que acompaña y cuida al fariseo, incluso tiene más rango que el chapayeka.
 
Las niñas desde temprana edad pueden participar también como "Verónica", "banderera" o "angelita", abundó.
 
A su vez, Francisco Guadalupe Moctezuma Sánchez, es descendiente de yaquis y desde hace 11 años inició su participación como fariseo en estas celebraciones y fue por una manda por un caso de enfermedad en su familia.
 
Tiene 22 años, es soltero y trabaja en la industria de la construcción; inició su participación en el terreno ceremonial de la colonia "La Matanza" y desde seis años participa en el Coloso Alto porque le agrada más este lugar.
 
Moctezuma Sánchez reconoció que ser fariseo es muy cansado "pero a mí me gusta, ya terminé mi manda, ahora lo hago por devoción".
 
El indígena yaqui planteó que más adelante le gustaría asumir algún rango o mando dentro de estas tradiciones y transmitirlas a las nuevas generaciones, mientras tanto "pienso seguir hasta que mi cuerpo aguante, hasta que deje de respirar voy a dejar de salir".
 
Síguenos en

Temas

Sigue navegando