Cultura
Welsh y Fadanelli, un encuentro entre dos naciones
El mexicano mencionó que los políticos no saben de lo que hablan al decirle que no a las drogas
Guillermo Fadanelli y el escocés Irvine Welsh. Cuando al fin llegaron hubo aplausos. Fadanelli, con sombrero y lentes oscuros, intercambió los personificadores y la audiencia soltó una carcajada. Al centro quedó sentado Mauricio Montiel Figueiras con el propósito de guiar la charla. Su propuesta iba en torno a tres temas que atraviesan la obra de ambos escritores: el sexo, las drogas y el rock and roll. Welsh fue prudente y lúcido. Fadanelli, como es su costumbre, fue irreverente y sórdido.
Welsh habló de crisis económicas y capitalismos fallidos. Señaló que mientras el trabajo siga derrumbándose, las drogas continuarán ocupando el lugar del “drama irresistible que todo mundo necesita”. Relató que durante su infancia parte de su familia se dedicaba al trabajo, mientras que la otra se dedicaba al crimen. Un día, de pronto, los criminales “se convirtieron en héroes ya que eran los únicos que trabajaban. Todos los trabajos de las fábricas habían desaparecido”. Héroes ásperos, hoscos y rudos que aparecen a lo largo de sus libros. Para finalizar, mencionó que Diamond Dogs de David Bowie es el álbum musical que más lo ha marcado.
Por su parte Fadanelli no dudó en hablar sobre su admiración por Welsh: “Mi libro favorito es ' Las pesadillas del Marabú', (…) porque no es fácil matar a un marabú, un ave carroñera de África del sur. Ese buitre que nos persigue es la autoconsciencia, la locura y el desasosiego”. El tono de Fadanelli fue atrevido. Dijo que los políticos y diputados “esa escoria y basura” no saben de lo que hablan al decirle que no a las drogas. Levantó su voz al decir que defiende la libertad individual, “que no se metan en nuestras vidas”. Prefirió no hablar de música, pues “la explicación mata el placer”. Se limitó a mencionar a Sonic Youth, Dead Kennedys, The Clash y Sex Pistols. Aunque la obra literaria de los autores comparte similitudes en el tratamiento de ciertos temas, sus personalidades resultaron contrastantes.
EL INFORMADOR/CARLOS ARMENTA
GUADALAJARA, JALISCO (03/DIC/2015).- Una fila larga. Luego un salón repleto de jóvenes que esperaban con ansia el arribo del mexicano
Welsh habló de crisis económicas y capitalismos fallidos. Señaló que mientras el trabajo siga derrumbándose, las drogas continuarán ocupando el lugar del “drama irresistible que todo mundo necesita”. Relató que durante su infancia parte de su familia se dedicaba al trabajo, mientras que la otra se dedicaba al crimen. Un día, de pronto, los criminales “se convirtieron en héroes ya que eran los únicos que trabajaban. Todos los trabajos de las fábricas habían desaparecido”. Héroes ásperos, hoscos y rudos que aparecen a lo largo de sus libros. Para finalizar, mencionó que Diamond Dogs de David Bowie es el álbum musical que más lo ha marcado.
Por su parte Fadanelli no dudó en hablar sobre su admiración por Welsh: “Mi libro favorito es ' Las pesadillas del Marabú', (…) porque no es fácil matar a un marabú, un ave carroñera de África del sur. Ese buitre que nos persigue es la autoconsciencia, la locura y el desasosiego”. El tono de Fadanelli fue atrevido. Dijo que los políticos y diputados “esa escoria y basura” no saben de lo que hablan al decirle que no a las drogas. Levantó su voz al decir que defiende la libertad individual, “que no se metan en nuestras vidas”. Prefirió no hablar de música, pues “la explicación mata el placer”. Se limitó a mencionar a Sonic Youth, Dead Kennedys, The Clash y Sex Pistols. Aunque la obra literaria de los autores comparte similitudes en el tratamiento de ciertos temas, sus personalidades resultaron contrastantes.
EL INFORMADOR/CARLOS ARMENTA
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