Cultura

Villoro, Mouat y Sacheri dominan como nadie la palabra futbol

Tres astros del balompié literario transformaron a un salón en un sublime estadio

GUADALAJARA, JALISCO (29/NOV/2012).- Fueron 120 minutos del deporte "más hermoso del mundo" el futbol. Tres astros del balompié literario: Juan Villoro, Francisco Mouat y Eduardo Sacheri, transformaron a un salón en un sublime estadio, a ese inmueble al que también le apodan "monstruo de mil cabezas", y que se mostró pletórico ante la magia de los protagonistas.

En este encuentro no hubo balón ni porterías, mucho menos árbitros y ni jueces auxiliares. La palabra, simple y sencillamente, dominó la imaginaria y recordó a muchos el por qué este deporte atrapa el corazón de millones de personas en el planeta.

El escritor mexicano Juan Villoro, el chileno Francisco Mouat con su casaca nacional, y Eduardo Sacheri con la albiceleste argentina pintada en la piel, fueron los magos que utilizaron a la literatura como un medio para reflejar en la crónica literaria la importancia que tiene el oficio del gol y la emoción de cualquier "fútbol" (así, con ese acento que le imprimen en Sudamérica y que lo hace único para ellos) en la vida de las personas, de los hinchas, ésos que elevan a los jugadores hasta planos de las deidades.

El juego comenzó con la presentación de cada uno, para que explicaran qué fue lo que los enganchó a este deporte, al cual Sacheri calificó de "idéntica a la vida, en pequeña escala, pero con la posibilidad de volver a empezar. Siendo tan parecida hasta en la injusticia".

Fue así como se pudo saber del amor de Eduardo Sacheri por los colores del Independiente de Argentina, la pasión y resignación de Francisco Mouat por la U. de Chile, pues ya hace tiempo que no regala alegrías a su hinchada (seguidores). Así como de la preferencia de Villoro por el conjunto del Necaxa. De cómo a cada uno lo ha marcado una experiencia en su vida ligada al futbol, hasta el punto de que, a Sacheri, le sacan las lágrimas recordando a su padre.

"Normalmente las presentaciones de la FIL son de 50 minutos rigurosos, pero en esta ocasión tenemos casi de tanto tiempo como el de un partido, el alargue reglamentario y me sugería Pancho Mouat que a lo mejor terminábamos en una definición en penaltis", comentó Villoro. Y así fue, pues al final, el público ejecutó a los escritores con sus preguntas.

El partido tuvo de todo: se habló del hincha y de las barras bravas, el gol de Diego Maradona en el Mundial de México 86, los cronistas de radio y su magia para convertir un partido aburrido en uno que ponga el corazón a punto del paro; no se podía faltar una escala con el fallecido cronista Ángel Fernández y su estilo tan característico de narrar, así como un repaso a los reconocidos Pier Paolo Pasolini, Osvaldo Soriano y Roberto Fontanarrosa. Para finalizar con la dura pero real intervención de los gobiernos mundiales para convertir al futbol en una distracción para el pueblo y la conversión de una selección en algo patriótico.

El público, tal como si fuera un gol, terminó elogiando a los ponentes, que pidiéndole al árbitro más minutos de compensación, se quedó con ganas de más maravillas con la imaginaria.

EL INFORMADOR / RODRIGO VELÁZQUEZ
Síguenos en

Temas

Sigue navegando