Cultura

Videoblogguers literarios, fuera de cámara con 800 jóvenes

Cientos de chicos comparten experiencias con reconocidos youtubers por primera vez en la historia de la FIL

GUADALAJARA, JALISCO (05/DIC/2013).- La literatura y las redes sociales los hizo casi famosos. Javier Ruescas, Raiza Reveles y Alberto Villarreal tienen menos de 25 años de edad y la fama los sonroja. Cuando subieron al escenario del auditorio Juan Rulfo, lo primero que despertaron fueron las hormonas de 800 jóvenes que, al unísono, gritaron como si fueran Rock Star.

Las mañanas de jueves y viernes, desde hace muchos años, la Feria Internacional del Libro se convierte en un hormiguero de muchachos que va y vienen por todos lados. Vestidos con sus uniformes escolares, muchos se sienten satisfechos con la publicidad que les entregan en los pasillos. Pero en esta ocasión, y por primera vez, se reunieron tres videoblogguers literarios con cientos de jóvenes.

Con sus experiencias sobre cómo grabar clips de menos de un minuto que incluyan reseña, crítica y conclusión de textos; de cómo elegir libros, sus mejores anécdotas, de cómo eligen los estilos y la manera de videograbarse. Qué trucos utilizan, cuáles son los instrumentos de trabajo "webcam, cámaras de teléfonos inteligentes, cámaras de videograbación".

Javier es mago: fanático de Harry Potter, mientras que Raiza es una Cazadora de sombras. La cultura de la literatura juvenil es compleja. Mientras que las índices oficiales de lectura no repuntan, lo cierto es que en los últimos años han venido a más la publicación de zagas cuyas historias son de un volumen extenso de páginas.

"La literatura juvenil, así con este calificativo, es buena. Porque te permite conocer historias, pero que nunca acaban. Nosotros transformamos el final", dijo Javier Ruescas

El show comenzó a las 11 horas y duró más de 100 minutos. La envidia de los maestros: tres chicos que tienen la tercera parte de su edad logran captar la atención por un periodo que supera una hora de clase. Interactuaron con ellos al grado de someterlos a un a un concurso.

Y así fueron de tres en tres que subieron dos decenas de jóvenes. Y estando arriba del escenario y detrás del micrófono demostraron que poco les asusta. Pero sobre todo, confesaron su gusto por todos los tipos de literatura: desde Sasha Grey hasta Juan Rulfo. Libros tan inocentes como Las ventajas de ser invisible o tan picantes, como 50 sombras de Grey. Los favoritos: Cazadores de sombras, Juegos del Hambre o cualquiera de Harry Potter o Crepúsculo.

Los chavos leen. Leen lo que quieren y lo que pueden. Transforman las novelas que los autores les ponen. Leen y lo hacen en papel pero cada vez más en electrónico. El chip digital que tienen incluido en sus cromosomas da esperanza de que no todo esté perdido, como dicen los informes de las cámaras de libreros.

Y la FIL es una prueba más de que las pruebas internacionales como PISA, que apenas en días recientes nos descubrieron que la mitad de los chicos en educación básica no saben sumar ni leer de manera eficiente; los números indican que también hay chicos que leen como si no hubiera mañana.

Que leen mucho, a su manera, en la plataforma que les convenga.  Y que la literatura, buena o mala, sigue viva.

EL INFORMADOR/ OMAR GARCÍA
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