Vandalismo, también en el Parque Agua Azul
Jorge Villaseñor, director del recinto, reconoce las dificultades que ha enfrentado para combatir este delito
GUADALAJARA, JALISCO (03/JUL/2017).- Evitar el grafiti en los exteriores del Parque Agua Azul es una tarea que la dirección del recinto considera compleja de controlar, pero en los interiores los trabajadores han reforzado la vigilancia para prevenir que los visitantes dañen las instalaciones mediante revisiones o llamadas de atención en aquellos usuarios que presenten comportamientos sospechosos o sean sorprendidos en actos que rompan con el reglamento del parque.
Jorge Villaseñor, director del recinto bajo cuidado y operación del Ayuntamiento de Guadalajara, detalla que a la llegada de la nueva administración municipal en octubre de 2015, las bodegas del parque no tenían los recursos y herramientas para atender situaciones de vandalismo que impliquen limpiar o pintar las áreas afectadas.
“La política ha sido combatir de manera inmediata el que ha aparecido. Normalmente se grafitea la parte externa en la puerta principal, al interior hemos tenido algunos incidentes. Donde sí tenemos problema en el vértice de Calzada Independencia y González Gallo, la zona perimetral es baja y se mete gente por ahí y ha robado cables o algunas lámparas”, explica Villaseñor al señalar que este punto rojo ya cuenta con un poste con cámara de vigilancia, además de que recién han recibido tres más que estarán operadas por la Comisaría de Guadalajara y la Fiscalía del Estado.
Durante el primer trimestre de 2017, Jorge Villaseñor señaló que el parque tiene un promedio de 20 mil usuarios mensuales, que se invirtieron dos millones 200 mil pesos en la rehabilitación del recinto, el retiro de 600 toneladas de basura que se habían acumulado por abandono en al menos 10 mil 500 metros cuadrados del espacio, además de que acaban de recibir tres cámaras de videovigilancia.
Daños repetidos
Jorge Villaseñor explica que a los usuarios que han sido sorprendidos rayando la cabeza blanca y gigante de Miguel Hidalgo, ubicada a un costado y exterior del ingreso al parque, han reparado el daño pintando ellos mismos el monumento que por lo general es dañado con marcadores de aceite, bolígrafos o marcatextos, artículos que resultan difíciles de controlar en su ingreso al recinto. En esta semana, la cabeza de Hidalgo y el área perimetral de la Calzada y calle Palmas serán nuevamente pintadas.
“La cabeza de Hidalgo la hemos pintado 100 veces mínimo, más tardamos en pintar y cuando llega el sábado la vuelven a rayar, es una batalla continua. Cuidar el exterior es complicado, al interior tenemos seguridad interna que no está armada pero sí capacitada para detectar ciertas actitudes de los jóvenes que son los que grafitean, tenemos un perfil identificado de gente a la que se le hace una revisión aleatoria, se le pregunta e invita para que se adecuen a las actividades del espacio, si es necesario ya se hace la revisión para ver si tienen algún artículo que pueda dañar”.
Jorge Villaseñor añade que cuando se han sorprendido a usuarios dañando las instalaciones se procede conforme a la ley, si son menores de edad se llama a los papás para charlar con ellos: “en una ocasión los jóvenes tuvieron que pintar la cabeza de Hidalgo por su cuenta a manera de ejemplo y aprendizaje”.