Cultura

Valentina y Valentona, crítica social con humor

La obra se presenta en Teatro Experimental; el miércoles 27 es la última función

  GUADALAJARA, JALISCO (21/JUL/2011).- ¿Se siente abrumado por la problemática socio-política del país y ya no sabe qué hacer? Váyase a ver Valentina y Valentona en su nueva edición Rumbo a los Panamericanos, muy ad hoc además para los tiempos que vivimos en nuestra caótica pero siempre querida ciudad.

La producción escénica de la Universidad de Guadalajara, repite temporada con esta puesta en escena de tipo cabaret, que busca provocar una reflexión en el espectador, pero sin dejar de lado las risas y el buen humor.

A pesar de esperar en una fila, al entrar al foro del Teatro Experimental se ven todas las butacas vacías, ya que el escenario fue adaptado con sillas de escuela y gradas para que el público disfrute la función en un ambiente más íntimo y cercano, propio del estilo de teatro de cabaret.

Aproximadamente 100 personas se acomodan en el espacio normalmente reservado para los intérpretes. En la tarima que funge como escenario se encuentra un perchero con diferentes atuendos, y dos sillas. Al fondo, una brillante cortina de terciopelo rojo, nos hace intuir que nos situamos en un teatro dentro de un teatro.

Tercera llamada. Bajan las luces y solo queda iluminado el pequeño telón. De atrás a la izquierda entra a escena Valentona Guerra (interpretada por Susana Romo), una generala (soldado) de caminar rudo, con aspecto de señor, que se excusa por su tardanza y la atribuye a la enorme cantidad de avenidas en construcción en la ciudad. “Todo al último porque así les gusta aquí”, se queja Valentona.

También de atrás pero por la derecha, entra –en medio de una ovación generalizada—, Valentina de Jesús (interpretada por el actor Copatzin Borbón), una chica soñadora de melena rubia, quien porta una minifalda de encaje rosa y  tacones dorados a juego con la bolsa, y que es la antítesis de su compañera de escena, hecho que no les impedirá ser contendientes en el gran concurso Miss Panamericanos, motivo que las reúne en ese escenario.   

En un diálogo relajado –casi improvisado— y en constante interacción con el público, Valentina y Valentona se alternan para dar vida a las muy diversas aspirantes a la corona panamericana, todas ellas mujeres sobresalientes en la cultura y/o la escena mexicana: empezando por la Malinche y siguiendo con Sor Juana Inés de la Cruz, Frida Kahlo, Ana Gabriela Guevara, Margarita Zavala, Elba Esther Gordillo, Lorena Ochoa y Paulina Rubio, sin dejar de mencionar a las mismas Valentina y Valentona, quienes por eliminación, resultan las finalistas del concurso.

Y como en todo cabaret, no puede faltar la música, el canto y un lenguaje más bien florido, elementos que además de provocar un rato muy ameno al espectador, aligeran la aguda crítica sociopolítica de nuestra realidad nacional.

Con dedicación a las todas las mujeres, pero en especial las discriminadas, golpeadas, violentadas y asesinadas, la propuesta que nos hace esta obra de teatro es la de no ser indiferentes ante nuestro entorno, la de siempre tener una postura y no tener miedo a equivocarnos, seamos una Valentina o una Valentona; todo lo cual, por cierto, lo comunican en forma de canción, al ritmo de la melodía de I Will Survive de Gloria Gaynor.

Al final, se escucha el aplauso prolongado de un público que agradece la crítica social con buen humor (Laura Gómez, 19, estudiante), así como el mensaje, las interpretaciones y la fluida dinámica (María Ochoa, 54 años, maestra). Un público que se va a casa con la sensación de saciedad que deja una buena sesión de risas, al final de otro día plagado de malas noticias.

EL INFORMADOR / EUGENIA COPPEL

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