Cultura
Usan técnica avanzada para estudiar glifos mayas
Por primera vez se aplicó en México y en esculturas de esta antigua civilización
El Instituto Nacional de Antropología e Historia ( INAH) dio a conocer que ella permite ver rasgos difíciles de detectar a simple vista y que en ocasiones son la clave para descifrar una inscripción.
Añadió que el maestro Carlos Pallán Gayol, que labora en ese organismo, ha revelado que este novedoso método, que se ha aplicado a 10 monumentos del sitio, permite manipular la luz sobre una secuencia fotográfica en forma interactiva.
Con ello se han logrado imágenes de alta fidelidad que en su momento hubieran deseado obtener reconocidos investigadores, como Ian Graham, quien elaboró el Corpus de Jeroglíficos e Inscripciones Mayas.
Pallán Gayol, responsable del Acervo Jeroglífico e Iconográfico Maya (Ajimaya) del INAH, refirió que si bien otras culturas mesoamericanas, como la zapoteca, mixe-zoque y nahua contaron con escritura desarrollada.
Agregó que la maya es por mucho la mejor entendida y mayormente descifrada hasta ahora, toda vez que se tiene un registro de más de 15 mil textos glíficos.
Al respecto, el arqueólogo ubicó a Toniná como el sitio maya de México, que posee el mayor número de inscripciones de los que hasta ahora se conocen, con una cifra que supera ya los 300 textos jeroglíficos plasmados en monumentos y en algunos objetos portátiles, una cantidad sólo comparable con los descubiertos en Copán, Honduras.
Destacó, que aunque en los textos mayas se narran guerras, conquistas y otro tipo de eventos de gran envergadura, resulta peculiar la referencia que hacen algunos de ellos a datos más pormenorizados, como la firma del escultor que hizo determinada estela o bien, el aniversario del miembro de un linaje.
'Existen distintos aspectos que nos empiezan a formar la idea de que Toniná fue una urbe bastante importante durante su auge, ocurrido entre 688 y 708 d.C., bajo el dominio del poderoso K'inich B'aaknal Chaak'.
Entre dichos elementos citó la dimensión, la monumentalidad y el urbanismo del sitio, el conocimiento de que llegó a dominar numerosos lugares del Valle de Ocosingo como Santotón e incluso influir en otros tan distantes como Bonampak, así como la gran cantidad de textos plasmados en sus monumentos, cerámica y otras piezas de carácter suntuario.
De acuerdo con Carlos Pallán Gayol, codirector del Proyecto Arqueológico Toniná, muestras de escritura maya sumamente desarrollada pueden ubicarse ya desde 400-300 a.C., tornándolas contemporáneas de otras manifestaciones escritas, como las de Monte Albán, en Oaxaca.
'Sabemos que otras civilizaciones también desarrollaron la escritura, entonces no debemos atribuirla a los mayas, sino a un fenómeno mesoamericano que tuvo su origen en algún lugar y de allí se difundió', precisó.
'Algunos especialistas piensan que estos rasgos comunes se podrían interpretar como una forma de difusión desde ‘culturas madre’ (de mayor antiguedad) a otras posteriores, aunque nuevos fechamientos apuntan hacia procesos de mayor complejidad', concluyó el responsable del Ajimaya.
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