Una vida llena de pintura
Roberto Rébora presenta su más reciente libro
GUADALAJARA, JALISCO (30/NOV/2016).- Roberto Rébora llega al encuentro editorial para presentar un nuevo libro donde expone obras realizadas a partir de 1983, cuando apenas contaba con 20 años de edad. Titulado “Materia y discurso de fe” (Taller Ditoria), el libro representa una revisión monográfica de su trabajo con una serie de capítulos por período.
El crecimiento de sus pinturas se puede definir como la propia vida, es decir, por etapas; Rébora encuentra en cuadros como “Niña precoz” la infancia, en “El medio inteligente” la adolescencia, mientras que en “Suite Cojín” la expresión verdaderamente adulta: “es una cuestión formal, no tanto psicológica, después de representar ese mundo infantil perverso tuve una necesidad formal, la propia práctica me fue llevando. Me interesó la formación plástica de figuras de otro carácter”.
Su carrera dentro del mundo artístico pictórico comenzó desde temprana edad. Junto con el caricaturista Jis, amigo desde la infancia, dibujaba; a los 14 años presentaron juntos una exposición de sus creaciones. Ambos conocieron y admiraron a Ronald Searle, pero cuando Rébora conoce el trabajo de Orozco decide seguir el camino del pintor aunque nunca dejó por completo la caricatura.
En su trayectoria se topó con múltiples obstáculos; sin embargo, considera que el principal se encuentra en el propio trabajo, después está lo demás: “el mundo es como es, rudo, desleal, hay dificultades para todo y todos; pero uno se permite soñar y hoy estoy satisfecho con mi trabajo”:
El pintor es autodidacta aunque completó su formación en Italia: “es la cuna del arte occidental. Ahí adquirí un gusto estético”. Además del agradecimiento a los aprendizajes hechos durante su estancia en el país italiano, tiene claro los artistas que han marcado su obra, por orden son Ronald Searle, Tolouse-Lautrec y José Clemente Orozco.
Leer, estudiar, informarse y tener curiosidad, son las acciones que Rébora recomienda a quien desea acercarse al mundo de la pintura y destaca lo interesante que es la larga tradición de esta forma de arte: “tiene un origen milenario, viene desde Altamira y es fascinante; no cambia el gesto de un hombre trazando, hoy en día un hombre que pinta es idéntico al hombre que trazó bisontes”.
“Materia y discurso de fe” es una transformación de la realidad, en un contexto donde se da prioridad a lo efímero de las imágenes, se encuentra la obra de Rébora que crea un contraste con la inmediatez actual, pues sus obras están construidas en el tiempo: “poseen una visión de ser permanente”.