Cultura
Una obra transparente
La obra de Tamara Alessio busca el equilibrio en la composición
“Esta muestra es una introspección; una expresión de mi humor cuando me levanto; es imaginación, estados de ánimo y trabajo que se conjugan en cada cuadro. Los materiales se aplican en el lienzo en diferentes veladuras, esto me permite ir encontrando formas y mensajes que dan como resultado algo armónico y bello. Cada obra comunica, transmite vivencias y emociones…”.
Un total de 18 pinturas son las que ahora retozan en las paredes de un espacio que ayer por la mañana lucia espectacular; la lluvia del martes dejó olores que Tamara agradece “los buenos momentos son los que he desarrollado con la pintura; estos cuadros que ahora voy a presentar conforman parte de otra exposición que tuve en marzo pasado en el museo en el Centro Cultural Vito Alessio Robles (en Coahuila). Ahora en Guadalajara muestro también lo que soy; y en parte lo que he sido a lo largo de 11 años en los que decidí dejar de trabajar en otras cosas para dedicarme totalmente a la pintura”.
Una historia ligada al arte
La obra de Tamara busca el equilibrio en la composición; también la lleva a su manera de vida. Egresada de la primera generación de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Iberoamericana en la ciudad de México; Tamara tiene un recuerdo especial con sus ancestros “Mi abuelo (Vito Alessio Robles) fue un personaje muy importante en mi vida, él murió cuando yo tenía unos 14 años más o menos, pero la verdad es que sí fue un personaje muy fuerte, que marcó parte de mi vida porque en su casa llegabas y respirabas cultura, yo entraba y lo primero que veía era la biblioteca. Éramos una familia muy unida, había mucha convivencia, entonces cuando inauguraron este centro cultural te sientes muy orgullosa por llevar el apellido”.
Cuando comenzó a estudiar una carrera que no quería, “porque yo al principio me quería ir a la Esmeralda, que era algo así como la Escuela de Artes plásticas del Distrito Federal”; supo que de alguna manera se volvería a reencontrar con ese viejo amor al que de vez en cuando le entregaba su cuerpo, su mente y su espacio “Nunca dejé de hacer pintura en los 30 años que estuve trabajando en el departamento de ventas de algunas empresas; mis hijos siempre me apoyaron y hasta se convirtieron en mis principales críticos”.
El día de hoy por la noche, cuando la gente encuentre en los cuadros de Tamara más de 40 años de experiencia se dará cuenta que Tamara es una artista completa aunque ella lo niegue “no me considero una artista en toda la extensión de la palabra, cuando alguien dice esa palabras se tiene una connotación de estridencia y mucha faramalla; y yo no me puedo considerar así” finalizó.
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