Cultura
Un verano de best-seller
Desde la novela negra hasta la poesía, con autores como Coetzee, Junot Díaz o Dan Brown, estas son algunas recomendaciones para leer en vacaciones
Libros que van desde los títulos más literarios que aseguran un viaje transformador a los que buscan más el entretenimiento, la evasión o una subida de adrenalina provocada por la intrincada resolución de algún crimen.
En el género de novela negra uno de los protagonistas del verano es sin duda el escritor estadounidense Dennis Lehane, cuya última novela, Vivir de noche, fue galardonada con el prestigioso premio Edgar 2013.
Lehane, autor de la famosa Mystic River o Shutter Island, se sitúa en Vivir de noche, que será llevada al cine, en el Boston de 1926, para contar la vida de Joe Coughil, un joven ratero de poca monta que termina cometiendo crímenes de alta envergadura en el mundo de los gánsteres en plena Ley Seca y en plena era del Jazz.
Pero también hay otros buenos bocados negros para el verano como el último del italiano Andrea Camilleri, La búsqueda del tesoro; Los minutos negros, de Martín Solares, o The Wanderers. Las pandillas del Bronx, de Richard Price, autor de La vida fácil y guionista de The Wire.
Y en el apartado de narrativa, el gran escritor estadounidense John Irving firma este año uno de los libros más sugerentes, Personas como yo, una entretejida historia sobre la bisexualidad y la tolerancia sexual ambientada en un pequeño teatro de la localidad de First Time, donde crece un joven escritor.
El escritor hispano Junot Díaz, premio Pulitzer, también es autor de uno de los libros destacados del año, Así es como la pierdes, una historia sobre las relaciones amorosas y sexuales de los dominicanos en Nueva York.
Mientras que el gran escritor sudafricano J.M. Coetzee está al alcance con la publicación en un solo volumen, Escenas de una vida de provincia, de sus maravillosas memorias noveladas.
Y la lectura de La verdad sobre el caso Harry Quebert del suizo Joël Dicker, un fenómeno editorial traducido a 33 idiomas es otro buen plan para estos meses.
Los amantes del best-seller este verano están de suerte, porque acaba de salir el último de Dan Brown, Inferno, inspirado en la Divina Comedia, en donde el autor de El código Da Vinci vuelve al mundo de los misterios históricos, los secretos y los enigmas de la mano del profesor de simbología Robert Langdon.
La autora de El tiempo entre costuras, María Dueñas, también ha vuelto, con Misión olvido, una intriga sobre la experiencia de las misiones españolas en California.
Y la propuesta de Javier Sierra, uno de los “top” en las listas de los más vendidos hasta en Estados Unidos, es El maestro del Prado, otra atractiva propuesta para el verano.
Otra ficción que transporta al lector a una Suecia de intrigas palaciegas es El octavo, de Karen Engelmann, la historia de uno de los capítulos más convulsos de Europa contada a través de las cartas.
Tardes de poesía y ensayo
Pero también es momento para retomar la poesía, el género eterno y supremo, que hoy, en circunstancias de crisis de todo tipo, se presta para ahondar en muchas de las incógnitas que rodean al ser humano.
Y buen recurso son algunos de los títulos que han salido este año, las Obras Completas de Blas de Otero, las de la estadounidense Anne Sexton o la poesía completa e inédita de Dorothy Parker.
Delgada y alta como una modelo, teatral, con sus ojos azules y su pelo negro, su voz de fumadora se pega a la piel como el sudor en verano. Su amiga la escritora Maxine Kumin relata que al conocer a Sexton en un taller de poesía le llamaron la atención las pulseras, los tacones y el perfume francés. Su poesía se regodeaba en los tabúes del cuerpo femenino y ella, siempre intensa, no dejaba indiferente a nadie. “Quien acude al don de Anne Sexton no puede salvarse de su mensaje amenazador”, escribe Reina Palazón.
También el verano es bueno para abordar algún ensayo, un género que requiere reflexión y un tiempo más detenido, y nada como el último libro del flamante premio Príncipe de Asturias, Antonio Muñoz Molina, Todo lo que era sólido, o la Autobiografía de papel, de Félix de Azúa.
Crímenes de cuello blanco en Gijón
Resistir es vencer, dice el viejo lema y eso es lo que ha hecho la Semana Negra, que desde el viernes está en Gijón. Ayer estuvo el escritor Leonardo Padura, quien se ha definido como un autor “absolutamente cubano”, cuya obra futura “será cada vez menos negra y más social”, porque considera necesario “romper los límites” de los géneros literarios.
El escritor cubano con mayor reconocimiento internacional ha dicho que la novela negra iberoamericana se ha “diversificado” durante la última década y se “ha vuelto más libre” y en ese proceso “ha ganado”.
Padura ha ofrecido ayer una rueda de prensa en la Semana Negra de Gijón (España), a la que acude con su novela El hombre que amaba a los perros, de Tusquets, en la que aborda el asesinato de León Trotski. Considerada por la crítica como su novela más lograda.
Padura ha reivindicado el sentimiento de “pertenencia” como un elemento fundamental de su vida como escritor.
Sobre la realidad cubana, ha afirmado que “se están produciendo cambios que, vistos desde fuera, pueden parecer pequeños”, pero que “son importantes” en la isla.
En ese sentido, ha asegurado que “Cuba está evolucionando hacia una sociedad que será totalmente distinta a la de los años noventa”.
El autor se ha pronunciado a favor de que se produzcan cambios graduales, lentos, para evitar que “algunos sectores sociales queden muy desprotegidos, como ha ocurrido en los países del Este” de Europa, ha considerado.
También el escritor estadounidense de ciencia ficción Joe Haldeman presentó ayer su último libro: La libertad interminable, la segunda parte de la novela La guerra interminable, sobre la guerra de Vietnam.
Si la novela negra tiene una virtud es la de enfrentarse de cara a los problemas de la sociedad, levantar las tapas de las alcantarillas, sacar a la luz la miseria moral. No en vano el género contemporáneo, la novela negra tal y como la conocemos, nace y se desarrolla con los grandes maestros clásicos en torno a la Gran Depresión y sus destructoras consecuencias sociales en EU. La crisis actual da el marco perfecto.
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