Cultura
Un paseo sonoro en el Parque Revolución
La instalación sonora, permitirá al transeúnte, a través de un trance que lo llevará al mar, ante las vías de un tren o la pista de un aeropuerto
Quizá algunos de los que pasen por ahí podrán entrar en un extraño trance que los llevará al mar, ante las vías de un tren o a la pista de un aeropuerto, pues la Dirección de Cultura del Ayuntamiento de Guadalajara ya ha empezado a colocar en el lugar una de las 11 instalaciones ganadoras de la convocatoria sobre "Recuperación de Espacios Públicos".
Se trata de una pieza poco vistosa de Armando Castro, ante todo un artista sonoro que se empeñó en rescatar, a través de su obra, la importancia del sonido que envuelve a los tapatíos en su transitar diario por la ciudad.
"La intención es darnos cuenta que el espacio sonoro es nuestro espacio también", explica el artista.
La pieza, sin nombre, consiste en la reproducción de sonidos en 10 bocinas situadas en distintos puntos del parque. Cada una emite un sonido diferente de manera simultánea a las otras, lo que provoca una atmósfera inusual.
Lo que el transeúnte escucha, señala Castro, es "una grabación que hice aquí (en el Parque Revolución) en diferentes puntos; grabé alrededor de cuatro horas y con base en eso elegí unas partes interesantes y las separé digitalmente con la computadora, y cada bocina tiene una secuencia sonora distinta".
Lo que se escucha en el lugar son automóviles, autobuses, bicicletas, patinetas, calandrias, motocicletas, pájaros y hasta el movimiento de las hojas de los árboles con el viento, aunque la interpretación del oído es otra completamente distinta, transformando el ruido en un elemento incluso relajante.
Para Eugenio Arriaga, director de Cultura del Ayuntamiento de Guadalajara, la pieza de Armando Castro es una opción artística para denunciar la invasión de automóvil en un espacio que debería estar destinado a la tranquilidad de la ciudad.
Síguenos en