Cultura
Trazos del desierto
Óscar Basulto cuenta sus vivencias en San Luis Potosí a través de una muestra en Galería Ajolote
La muestra es un «Recuento de los años que tengo de ir al desierto», comentó el pintor en entrevista con este medio en su estudio Río Tomatlán: pintura, escultura, gráfica
Originario de Guadalajara, Basulto lleva ya más de 17 años yendo con frecuencia al desierto: una, dos o tres veces por año. Su primera experiencia fue en diciembre de 1997. Apunta que su intención de viajar a la zona es buscar “interiorización para escuchar bien las ideas de uno mismo”.
Además del calor y frío extremo, el desierto mexicano “brinda soledad, calma, nos da la posibilidad de análisis de lo que uno lleva adentro”, agrega el artista: “Cuando te expones a la naturaleza tu imaginación se prende”.
A la par de la experiencia personal, Óscar también ha encontrado en los paisajes de San Luis Potosí y Zacatecas motivos para nutrir su obra de coloridos elementos: plantas, animales y los cielos estrellados, muchas veces acompañados de metáforas, pues comenta que el desierto le ha dado múltiples temas para sus obras.
En sus lienzos también hay temáticas sociales: hace poco expuso “México Trágico”, una serie crítica donde aborda la problemáticas de nuestro país. En el caso de esta selección que estará en la Galería Ajolote hay un acrílico de gran formato en el que se mira una mina expuesta: “Un boquete abierto en el suelo sagrado”. En el lienzo convive el paisaje de ese suelo sagrado rodeado de plantas, pero interrumpido por mineras extranjeras que extraen cobre y plata. En el cielo, Basulto colocó la constelación de Libra, para referir al equilibrio que debería existir al usar los recursos naturales. Buena parte de la zona semidesértica de esta región mexicana fue el llamado camino de la plata y el cobre.
Otra serie del pintor es “La ruta del conejo rojo”, una exposición anterior que se mostró en el Ex Convento del Carmen hace cerca de siete años y de la cual hay dos piezas en la muestra “En la piel de la Tierra”.
Sumado a la belleza de los paisajes que recrea y a la crítica a la situación, Óscar agregó elementos de la tradición. Para ello recurrió a la historia oral de los lugares que ha visitado: sitios impregnados de relatos desde tiempos inmemoriales, pasando por la conquista, la época de la Nueva España y la Revolución Mexicana. Uno de esos lienzos es “La última paliza del guerrero águila”, que reproduce la visión de una guerrera al enfrentar a los españoles.
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En síntesis
La selección de “En la piel de la Tierra” es una síntesis de ese gran homenaje que Basulto ha hecho con su pintura a la vida en el desierto. Entre grabados y acrílicos suman 22 piezas las que estarán en la exposición, de un total de más de 100 obras que el autor ha trabajado con la temática del desierto.
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