Cultura
Torerías
Miguel Hidalgo y su relación con la tauromaquia
Criollo, de una acomodada posición económica, Miguel Hidalgo fue dueño de varias haciendas en Guanajuato, entre ellas El Jaripeo y ahí consolidó una ganadería de bravo, como lo apunta Manuel Aguilar Moreno en su libro El rostro humano de Hidalgo, editado por la Secretaría de Cultura Jalisco, con motivo del Bicentenario de la Independencia.
Según diversas documentaciones, en 1810, durante la guerra de Independencia, se dieron corridas de toros, aunque hay poco conocimiento de ellas, los periódicos o gacetillas de la época no les daban la menor importancia, como dicen “el horno no estaba para bollos”.
Resulta interesante conocer a detalle que Hidalgo y Costilla era aficionado a la Fiesta Brava e incluso el también insurgente capitán Ignacio Allende gustaba de torear a caballo, sin embargo, son escasas la menciones, mucho menos alguna documentación.
Esta faceta taurina del Padre de la Patria se ve con más detalle en la película Hidalgo-Moliere, estelarizada por Demián Bichir, dirigida por Antonio Serrano.
Ahí el matador de toros Christian Aparicio hizo el doblaje de Agustín Marroquín, un torero de esa época, que incluso fue nombrado por Hidalgo como uno de sus capitanes de confianza y escolta personal.
La escena se recreó usando ropa del Siglo XIX, con la lidia de un toro de Pepe Garfias de capote y con muleta, sin ser este picado, para lograr un mayor realismo de la escena.
El rodaje se realizó en un poblado muy cerca de la capital de San Luis Potosí; además de Bichir estuvieron Ana de la Reguera, Cecilia Suárez, Gerardo Trejo Luna, Raúl Méndez, Andrés Palacios, Juan Carlos Colombo, y Carolina Polito, entre otros.
Demostrado queda que sin importar si es española, mexicana, criolla o mestiza, la tauromaquia es un arte universal.
fotografiataurina@yahoo.es
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