Cultura
Torerías
La liberación femenina está en curso (II)
Sin embargo, el protagonismo que ha alcanzado la mujer es digno de encomio, pues además de enfrentar “al de negro”, tiene que echarse a cuestas el imperante machismo que empapa al mundo de los toros, mágico, sublime, plástico, pero duro y cruel.
Generalmente, el morbo de ver si una mujer es capaz de ponerse delante de un toro es lo que lleva a la gente a los tendidos, como ocurrió con Cristina Sánchez a finales de los años 90.
Pero ahora viene una generación que puede sentar un parteaguas en el toreo, con nombres como Hilda Tenorio, la primera mujer en la historia de la Plaza México en tomar la alternativa el 28 de febrero de 2010, en 64 años de darse festejos, lo que muestra un rechazo hacia la mujer en el ruedo, algo que empieza a cambiar.
Paola San Román, de apenas 14 años, ya hizo su presentación formal como novillera el 19 de marzo, en Juriquilla, aunque sin suerte.
Su caso lo conozco de cerca, he podido convivir con ella y si algo tiene es determinación y carácter, elementos indispensables para poder subsistir en esta profesión.
Tanto Hilda como Paola representan el estandarte de “la liberación femenina en México”, pues los tiempos han cambiado desde que Raquel Martínez, Sonot Díaz y otras que por no equivocarme quisiera no mencionar, trataron de abrirse paso, pero siempre dándose con la misma pared del machismo.
El cambio generacional, de mentalidad y oportunidades es imparable; nunca como antes las toreras han tenido las “facilidades” que en este siglo XXI se les están brindado. Ahora les toca a las toreras defender su ideal de vida, que su lucha, su esfuerzo y sangre cambien para siempre el rumbo de la tauromaquia y por fin ocupen el lugar que la fiesta les tiene reservado. Pero eso es decisión sólo de ellas.
fotografiataurina@yahoo.es
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