Cultura

Torerías

2009, año cruento en el Nuevo Progreso

El balance estadístico con el que cierra el año la plaza Nuevo Progreso, sin duda, es rojo. En siete corridas desde febrero y seis novilladas, a la enfermería ingresaron cinco toreros con cornadas serias, un novillero con traumatismo en la columna vertebral y un picador con fractura de mano. Puede decirse que este 2009 fue el de un mayor número de heridos en cerca de una década.

Según el jefe de los Servicios Médicos del coso tapatío, Víctor González Camarena, esto se debe a que en Guadalajara el novillo o toro, a diferencia de otras muchas plazas, se echa con edad y puntas.

“Principalmente fueron novilleros. Esto es lógico por la inexperiencia, pero claro que algo tiene que ver el tamaño y la edad de los novillos, que en algunos casos, no todos, han salido en novilladas toros con cuatro años. Tuvimos muchos percances, quizá más que otros años. Guadalajara es una plaza seria; no cabe duda que es la plaza más importante de la República y quizá de América”, explicó el doctor González Camarena.

El sanatorio de los toreros tuvo intensa actividad. En la primera novillada, Alfonso Mateos cayó grave con una cornada en el vientre; parecía algo más grande, que milagrosamente no fue así. En la segunda, Santiago Fausto también fue al hule; quizá él fue el menos grave, pese a ser herido en la ingle derecha. El Palentino, en la tercera, sufrió un severo golpe en la columna. Y para cerrar el ciclo novilleril, Sergio Flores, al lidiar a su primer ejemplar, recibió una cornada dolorosa en la espinilla izquierda, pese a ello, continuó la lidia de su segundo, en un gesto por demás encomiable.

Pero las cuadrillas también pagaron el precio. Efrén Acosta hijo sufrió una fractura en la mano tras caer del caballo, mientas que el banderillero Rafael Castillo recibió una cornada grande en la parte posterior del muslo derecho y recientemente, en la cuarta corrida, Gustavo Campos se llevó sendas heridas en el escroto y la región perineal.

Y es que en comparación con plazas como México o Aguascalientes, el volumen, trapío e integridad de las astas aumenta superlativamente el riesgo de sufrir un percance.

Pero si a esto se le suma que la presión psicológica de saber que se enfrentarán a un animal con todas las características que hacen del toro el amo y señor de la fiesta, ante un público que suele ser hostil, aunque entregado como ningún otro y que un triunfo o fracaso en esta plaza abrirá o cerrará puertas, debe ser nada fácil.

Doble mérito el cortar una oreja en el Nuevo Progreso, pésele a quien le pese.
Pero no todo fue cruento. En la siguiente entrega se verá la contraparte de este año 2009, que taurinamente hablando ya se fue.
Antes, vamos a ver al futuro de la fiesta, los niños, que este domingo habrán de torear en el Progreso. Ellos, a su nivel, vaya que le echan valor y afición. No se los pierda.

fotografiataurina@yahoo.es
Síguenos en

Temas

Sigue navegando