Cultura
Torerías
Llegó la hora
Aunque se espera que las figuras y sobre todo los toreros jóvenes den el campanazo, lo cierto es que en el mundo taurino se huele un tufillo de morbo por saber lo que se lidiará, después de una temporada de novilladas, que para bien o para mal, en muchos sentidos, tuvo una catadura por demás irreprochable.
La bandera quedó muy alta en cuanto a la presencia de los astados y lo menos que esperan los aficionados es que con la llegada toreros de alternativa se correspondan y superen las expectativas de lo que se lidiará.
Desgraciadamente, ese tufillo, que aunque aún no se huele a distancia, en lo corto apesta amargo, por lo que se presiente, también, que habrá un ambiente hostil de un sector bien definido de “reprochadores”, unos profesionales porque cobran y otros que llevan la contra de todo para hacerse notar.
Pero lo importante es no perder de vista el comportamiento del toro con edad, pues más allá de los kilos y el tamaño de los pitones, lo que vale es lo que cada animal lleva dentro. No es lo mismo un novillo de 450 kilos, engordado con grano, que un toro de 460 kilos, logrado a base de pasto. Lógicamente puede pensarse que el novillo “tiene más presencia”, aunque en realidad se tratará de un animal de tres a tres años y medio. En cambio, el astado criado con pasto podrá tener cinco o seis años. Pequeña diferencia.
Hay que ir, sin duda, a ver, comentar, incluso protestar y criticar, pero con conocimiento de causa, porque es muy fácil decir “eso debe ser así” o “aquello tiene que ser de este modo”… Más mérito tiene el que sabe reconocer y aceptar, que el que cierra a la razón todo argumento.
Para este domingo, el festejo tendrá un “plus”, la creación de Andrés Mérida. Ya en este espacio se ha comentado su obra, así que bien vale la pena ir a la plaza por el simple hecho de ver una creación de arte, tan efímera como la propia corrida de toros.
fotografiataurina@yahoo.es
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