Cultura
Torerías
¡No hay boletos!
La semana pasada se hablaba del estancamiento que tiene la fiesta en cuanto a la cartelería taurina, pero en el caso de los boletos se llegó al extremo contrario con la implementación de los sistemas de boletaje electrónico.
Con el surgimiento de este sistema, se rompió de tajo con una tradición antiquísima como coleccionar boletos de temporadas completas, plazas y países. De paso, se extinguieron esos entusiastas coleccionistas que lo único que les queda es asimilar aquella frase de "tiempos pasados eran mejores", aunque no siempre llega a ser así.
Se truncó también la identidad misma de la fiesta al erradicar toda imagen alusiva a la tauromaquia, pues en los nuevos boletos lo único que varía es el nombre y lugar del evento. Tienen un solo formato, frío, mecanizado.
Ahora, en la mayoría de las plazas importantes de México ya no hay los añorados boletos con motivos taurinos y que por su formato lo mismo son para presenciar una apasionante corrida de toros que para ver una espectacular competencia motociclista.
Esta modernización lleva irremediablemente a que la identidad de la llave de entrada al mundo taurino se quede en el olvido; de paso, también se restringió un espacio invaluable para la vastísima iconografía sobre el toro y un foro amplio, gratuito para los artistas plásticos.
También se impide que las nuevas generaciones, por el sencillo hecho de ver un boleto, sientan la inquietud de acercarse a la fiesta o que sea motivo de inspiración para crear nuevos conceptos artísticos.
Y aunque la modernización ha facilitado la adquisición de las entradas al hacerlo por vía telefónica, con cargo a una tarjeta bancaria, incluso con accesibles facilidades de pago, también ha dejado sin sabor la compra del boleto.
Como sea, antiguo o moderno, lo que más ansiamos es poder decir "no hay boletos".
fotografiataurina@yahoo.es
Síguenos en