Cultura

Todos contra Jill Magid, ella se defiende

La artista habló del cuestionado proyecto sobre Luis Barragán ante especialistas en la inauguración de la muestra

CIUDAD DE MÉXICO (28/ABR/2017).- Con motivo de la exposición “Una carta siempre llega a su destino. Los archivos Barragán” que se inauguró ayer en el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC) en la Ciudad de México, se llevó a cabo la primera mesa de debate en torno a la obra de Jill Magid, que consiste en un anillo con un diamante hecho con las cenizas del arquitecto Luis Barragán.

 Durante su intervención, la estadounidense Jill Magid afirmó: “Soy una artista” y explicó que el trabajo de un artista es hacer preguntas y que se encuentra muy feliz de exhibir su obra en el recinto universitario.

 Refirió que a partir de su visita a la casa de Luis Barragán se enamoró del trabajo del arquitecto y se dio este proyecto, por lo que entendió y conoció las condiciones del estatus actual de los archivos personales que están en la casa y los archivos profesionales en la Fundación Barragán en Suiza. “En cuanto al anillo que se ha convertido en algo tan controversial, que contiene un diamante, es una colaboración que hice con la familia Barragán y el proceso de construir esta pieza va a través del proceso legal y mediante las relaciones que se establecen para atender cómo hacer este anillo y formalizarlo artísticamente”, expresó Magid.

La mesa de debate, que fue moderada por el periodista Ricardo Raphael, estuvo integrada por la misma Jill Magid, Cuauhtémoc Medina del  MUAC, César Cervantes, coleccionista de arte, Enrique X de Anda, investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, y los abogados Ismael Reyes Retana y Luis Vega García.

Para Enrique X de Anda, la propuesta artística de Magid  supuso una tensión entre la cultura estadounidense y la mexicana. “De pronto enterarse de toda esta mecánica sí provocó una irritación porque usted (Jill) tocó un símbolo cultural muy importante en México, lo desarmó, lo hizo con complicidades y eso no gustó para nada, al menos a un grupo de personas que ahora están presentes, y no he escuchado muchas opiniones a favor de su proyecto”.

En presencia de Cuauhtémoc Medina, curador en jefe del MUAC, el investigador señaló: “Lo que puedo decir es que tocó un símbolo cultural mexicano muy importante, pero además se involucró con un símbolo internacional, los restos que tocó son los restos de un personaje que hizo una obra que es Patrimonio Cultural de la Humanidad”.

Mientras que el coleccionista Cervantes dijo que  para él “es incongruente criticar una fundación sin fines de lucro, para adueñarse de un personaje público y utilizarlo con fines de lucro”, y más adelante expresó que aunque la intención de debatir sobre la archivos pudo ser buena “tolerar la profanación con fines de lucro es tremendamente fuerte”.

El anillo no está a la venta

Jill Magid puntualizó que la pieza no se va a la relación personal, por el contrario, “me voy apegar a la obra, tengo mucho respeto por el legado y la obra de Luis Barragán y trato de comprender lo más posible al respecto, por eso en el proyecto me baso en la ley y fui tan sensible como respetuosa como pude haber sido, no lo hice sola”.

Además, dijo que la familia solicitó las cenizas, después “me las entregó para que se hiciera el anillo y aclaró que no es destrucción de las cenizas, es una celebración de la vida de Luis Barragán, es una recreación del legado que nos dejó”.

Puntualizó que el anillo nunca estuvo a la venta y nunca va a lucrar con esa pieza y cualquier cosa que obtuvo para hacer el anillo directamente se fue para la fabricación estética y preciosa y para mantener los altos estándares que tiene como artista.

Polémica latente

Un debate que tuvo entre el público a dos miembros de la familia Barragán que llegaron al MUAC: Emma Barragán Flores y Alfredo Vázquez Barragán, cada uno con opiniones opuestas sobre el proceso; a la escritora Adriana Williams que fue gran amiga de Barragán y, también, heredera, y que expresó a los medios que era horroroso lo que se había hecho pues Barragán “era un hombre que protegía su privacidad”.

Además, estuvieron en el auditorio intelectuales y artistas como Miquel Adrià, Alberto Ruy Sánchez, Jorge Volpi, coordinador de Difusión Cultural, entre otros.

Los abogados Ismael Reyes Retana y Luis Vega García tuvieron posiciones opuestas. Reyes Retama sostuvo que todo el proceso se llevó con apego al derecho; Vega García advirtió de presumibles contravenciones al principio de legalidad.

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