Cultura
'Tiempos violentos' una muestra que exhibe las obras de José Clemente Orozco
Junto con la obra de Orozco se encuentra la de David Alfaro Siqueiros, Gunther Gerzso y Wolfgang Paalen
Junto con la obra de Orozco se encuentra la de David Alfaro Siqueiros, Gunther Gerzso y Wolfgang Paalen, que han calificadas como piezas maestras de la colección original, que también reunió obra de artistas como Luis Nishizawa, los grabados del Taller de la Gráfica Popular y varias carpetas de gráfica europea.
También para recordarlo, el ayuntamiento de Zapotlán, hoy Ciudad Guzmán, prepara un homenaje al artista en la Plaza Principal.
En ese lugar, donde Orozco nunca elaboró pintura o mural alguno, pero se puede apreciar un monumento erigido en su honor, diversos funcionarios de cultura del estado y algunos artistas de la demarcación, recordarán la vida y obra del pintor, quien falleció el 7 de septiembre de 1949.
Para saber
A partir de los cinco años, José Clemente Orozco se mudó junto con su familia a la Ciudad de México, donde pudo asistir, en 1897, a la Escuela de Agricultura de San Jacinto, para cursar la carrera de Perito Agrícola.
Posteriormente decidió estudiar en la Academia de San Carlos y para poder pagarse sus estudios de pintor, colaboró como caricaturista en algunas publicaciones de la época, como 'El hijo del Ahuizote' y 'La vanguardia', mostrando rápidamente sus cualidades como dibujante y pintor.
En 1915 realizó su primer cuadro de grandes dimensiones, 'Las últimas fuerzas españolas evacuando con honor el castillo de San Juan de Ulúa', y un año más tarde tuvo su primera exposición pública, denominada 'La casa de las lágrimas', donde mostró algunos de sus dibujos, acuarelas y pinturas en una librería de la capital mexicana.
En estas primeras pinturas de caballete, Orozco consiguió plasmar un clima afectivo que reflejó mucho más que sólo el objeto a pintar, por lo que algunos le asignaron el calificativo de 'Goya mexicano', por su capacidad de plasmar situaciones comunes con gran encanto.
En 1922, un año decisivo para el pintor, se unió a colegas como Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros para iniciar el movimiento conocido como el muralismo mexicano, que retomó las obras de José Guadalupe Posada y la filosofía del primer secretario de Educación Pública, José Vasconcelos, para catapultarse como un movimiento que gozó de gran reconocimiento nacional e internacional.
Dicho movimiento fue de tendencias profundamente nacionalistas, didácticas y populares, con lo cual, los partícipes pretendían poner en práctica la concepción del artista callejero, al servicio de una ideología de izquierda.
Orozco optó por plasmar el compromiso político y los temas referentes a la Revolución, reflejando con atormentado vigor e insuperable maestría la tragedia y el heroísmo presente en la historia mexicana, en donde captó los tipos culturales y el gran mosaico étnico del país.
En 1927 José Clemente realizó sus primeros murales para la Escuela Nacional Preparatoria, los cuales incluyeron seis lienzos que el muralista terminó en 1927, entre los que se encuentran "El banquete de los ricos", "La Trinidad", "La huelga", "La trinchera" y "El viejo orden", entre otros.
Un año después el artista mexicano decidió realizar un viaje a Nueva York para presentar una exposición de sus 'Dibujos de la Revolución', y ante el éxito que obtuvo, se le abrieron las puertas para realizar numerosas exposiciones en distintos países.
En 1930, Orozco recibió el encargo de realizar las decoraciones murales para el Pomona College, de California, Estados Unidos, y un enorme Prometeo, en 1931, con el cual decoró la New School for Social Research, de Nueva York.
Gracias a los beneficios que obtuvo al realizar estos murales, Orozco pudo costearse un viaje a Europa, en el cual visitó museos de España, Italia y París, ante lo cual, pudo observarse en su posterior producción cierta influencia de Velázquez y Caravaggio.
Para 1934 Orozco proyectó el mural 'Catarsis' en el Palacio de Bellas Artes, de la Ciudad de México, y ese mismo año también se le nombró miembro del Colegio Nacional.
Además, recibió el Premio Nacional de Artes y Ciencias, en 1946, y durante los años posteriores se dedicó a realizar los murales de la Escuela Nacional de Maestros, los del Castillo de Chapultepec, los del Museo Nacional de Historia, todos en la capital, y los de la bóveda de la Cámara de Diputados, en Guadalajara.
José Angel Clemente Orozco Flores murió el 7 de septiembre de 1949, en su domicilio particular de la Ciudad de México mientras trabajaba en los primeros trazos de un mural en el edificio multifamiliar Miguel Alemán. Fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón de Dolores, en la Ciudad de México.
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