Cultura
Susana Iglesias plasma la poesía en su más reciente obra
'Un hombre no patea perros heridos' muestra el balace entre la desmistificación y la mistificación
CIUDAD DE MÉXICO (14/DIC/2015).- La
poesía de las calles, la crudeza y el desencanto son algunos de los elementos que la escritora Susana Iglesias (Ciudad de México, 1978) plasma en su más reciente libro "Un hombre no patea perros heridos".
El poemario es coeditado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y la editorial mexicana Los bastardos de la uva, informó en un comunicado el organismo cultural.
Ambientes estremecedores encerrados en distintos puntos de la Ciudad de México como las colonias Morelos, Roma o Doctores, integran el clima perfecto para que la becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes ( Fonca) 2011 inunde las páginas con la sensación de un arranque prolongado que nunca se concreta.
Es así como poniendo las calles de escenarios en donde abunda la violencia, la desgracia, el fracaso y la pobreza, lo marginal y los excesos, la autora adentra al lector a experimentar el balance entre la desmistificación y la mistificación de la figuración de lo femenino.
Susana Iglesias encuentra la belleza relatada en su obra literaria ahí donde emerge la carencia, la penuria y la violencia, donde no hay techo y la noche es el día, donde permea la orfandad.
El libro da vida a esa amplia sensibilidad de los personajes creados mediante el descubrimiento y continua afirmación de que detrás de la vida no hay nada, siendo este el matiz recorrido por la escritora.
Mujeres sobrecargadas de ánimus, la potencia masculina, representan esa independencia en "La navaja" o la indiferencia e insignificancia en "Un hombre no patea perros heridos", poema que da título al volumen.
El primero refiere a esa mujer que lucha, que se sacrifica y que hace aún más por enfrentar la vida, y la segunda representa a esa mujer a la que nada le importa, la que todo lo ve insignificante, esa que hace un gesto de desprecio ante cualquier cosa, esa que hace sonar los tacones cuando está molesta y esa que sí patea perros heridos.
La sensación de la libertad, del despertar de una mujer que se transforma en fiera cuando renuncia a "las galletas de la domesticación" hacen de los poemas una crítica a esas mujeres sacrificadas y educadas para ser madres o sirvientas de sus hombres.
La obra presentada en la Feria Internacional del Libro del Zócalo en el 2014, se convierte en la segunda que publica después de la novela "Señorita Vodka" (2013).
Susana Iglesias, quien obtuvo el Premio "Aura Estrada" en 2009, es una novelista mexicana, becaria en 2011 por el Fonca en el programa de Jóvenes Creadores, y ha colaborado en las revistas "Domus", "Reves" y "El puro cuento", entre otras.
El poemario es coeditado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y la editorial mexicana Los bastardos de la uva, informó en un comunicado el organismo cultural.
Ambientes estremecedores encerrados en distintos puntos de la Ciudad de México como las colonias Morelos, Roma o Doctores, integran el clima perfecto para que la becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes ( Fonca) 2011 inunde las páginas con la sensación de un arranque prolongado que nunca se concreta.
Es así como poniendo las calles de escenarios en donde abunda la violencia, la desgracia, el fracaso y la pobreza, lo marginal y los excesos, la autora adentra al lector a experimentar el balance entre la desmistificación y la mistificación de la figuración de lo femenino.
Susana Iglesias encuentra la belleza relatada en su obra literaria ahí donde emerge la carencia, la penuria y la violencia, donde no hay techo y la noche es el día, donde permea la orfandad.
El libro da vida a esa amplia sensibilidad de los personajes creados mediante el descubrimiento y continua afirmación de que detrás de la vida no hay nada, siendo este el matiz recorrido por la escritora.
Mujeres sobrecargadas de ánimus, la potencia masculina, representan esa independencia en "La navaja" o la indiferencia e insignificancia en "Un hombre no patea perros heridos", poema que da título al volumen.
El primero refiere a esa mujer que lucha, que se sacrifica y que hace aún más por enfrentar la vida, y la segunda representa a esa mujer a la que nada le importa, la que todo lo ve insignificante, esa que hace un gesto de desprecio ante cualquier cosa, esa que hace sonar los tacones cuando está molesta y esa que sí patea perros heridos.
La sensación de la libertad, del despertar de una mujer que se transforma en fiera cuando renuncia a "las galletas de la domesticación" hacen de los poemas una crítica a esas mujeres sacrificadas y educadas para ser madres o sirvientas de sus hombres.
La obra presentada en la Feria Internacional del Libro del Zócalo en el 2014, se convierte en la segunda que publica después de la novela "Señorita Vodka" (2013).
Susana Iglesias, quien obtuvo el Premio "Aura Estrada" en 2009, es una novelista mexicana, becaria en 2011 por el Fonca en el programa de Jóvenes Creadores, y ha colaborado en las revistas "Domus", "Reves" y "El puro cuento", entre otras.
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