Cultura
Supo Juan de Dios Peza quitar a la lengua el peso del romanticismo
Es uno de los poetas más destacados de la segunda mitad del siglo XIX
Nacido en la Ciudad de México, en el seno de una familia conservadora, ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria en 1867 y posteriormente, se matriculó en la Escuela de Medicina, donde no logró concluir la carrera.
De acuerdo con la biografía que difunde en línea el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), se convirtió en el alumno predilecto de Ignacio Ramírez "El Nigromante" y de Ignacio Manuel Altamirano.
En 1878, agrega, fue nombrado secretario de la Embajada Mexicana en España, donde tuvo la oportunidad de conocer al político Emilio Castelar y a escritores de la talla de Gaspar Núñez de Arce, Ramón de Campoamor y José Selgas.
A su regreso a México, ocupó diversos cargos públicos sin abandonar las letras.
Destacó al ser electo diputado al Congreso, pero también se desempeñó como un gran periodista, dueño de una prosa clara y fluida, que brilló como el fundador de la primera sociedad de autores mexicanos.
Realizó colaboraciones para la Revista "Universal", "El eco de ambos mundos" y "La juventud literaria".
En 1874 estrenó en el Teatro del Conservatorio su obra teatral titulada "La ciencia del hogar", que constaba de tres actos y estaba escrita en verso.
A principios del siglo XX, continúa la biografía, Peza ya era reconocido como uno de los poetas más leídos de México. Su obra se tradujo a idiomas como el ruso, francés, inglés, alemán, portugués, italiano y japonés.
Y el escrito que más fama le otorgó y por el que es mundialmente conocido es "Cantos del hogar", publicada en Nueva York en 1890.
Entre los textos que publicó a lo largo de su carrera se encuentran "Hogar y Patria", "La lira de la Patria", El arpa del amor", "Recuerdos y esperanzas", "Flores del alma", "Vinos festivos", "La beneficencia en México" y "Memorias, reliquias y retratos", entre otros.
La importancia de Peza en la literatura mexicana radica, de acuerdo con los especialistas, en su empleo del habla cotidiana en sus textos, así como su lograda limpia de la lengua poética del peso del romanticismo y que preparó el terreno, tal vez sin proponérselo, para los modernistas.
Juan de Dios Peza falleció en la Ciudad de México el 16 de marzo de 1910.
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