Cultura
Super 700 despide a Alemania y cede a Chile el escenario
La banda ofrece su pop ecléctico que alucina a los lecto-melómanos de todo rango de edad
Con la mirada clavada en el público, el cabello a medio recoger, un holgado vestido ceñido a la cintura con un ancho cinto, botines y una guitarra, Ibadet Ramadani abrió la sesión con una voz que acaricia el oído, seguida por sus tres colegas que se encargaron de más cuerdas, batería y teclado.
Como era de esperarse, la puntualidad europea relució y en punto de las 21:00 horas el cuarteto ya había comenzado a tocar ante los melómanos que los observaban, algunos con las expectativas en blanco y otros que ya sabían lo que escucharían; pero eso sí: todos ávidos de experimentar a los alemanes que por primera vez tocaban en México.
Al cantar, dejan atrás su lengua natal para expresarse en la universal. Son en inglés todas sus canciones y, aun así, se esforzaron por comunicarse en español, gesto que los locales recibieron con agrado.
"Gracias, Guadalajara, ¿qué podemos decir? Estamos muy contentos de estar aquí por primera vez", fue el saludo de la vocal, que más tarde siguió en inglés y no pudo contener algunas frases en alemán.
La velada europea avanzó y la respuesta de los presentes mejoraba con el paso de las canciones. "Creo que las despedidas siempre son el inicio de algo. La siguiente canción es para todos los inicios", y complacieron con la penúltima.
Porque la última, como prometieron, se trató de una especie de 'Golondrinas' alemanas, la pieza imprescindible de las despedidas que ni a los invitados se les escapó.
Fue fin e inicio. Se despidió un ovacionado Super 700 y Pascuala y Fauna, banda chilena, dio un preludio de lo que sonará allí mismo en 2012, cuando la delegación de Chile se apropie de la feria literaria en su edición 26.
Luego de hora y media del 'adiós' alemán y el 'hola' chileno, el escenario se apagó, los presentes comenzaron a dispersarse y los que se quedaron unos minutos más pudieron estrechar manos con los Super 700, alegres de la cálida acogida tapatía que los despidió.
EL INFORMADOR / VIOLETA MELÉNDEZ
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