Cultura
Subutilizan biblioteca pública a cargo de UdeG
Ante la falta de promoción entre la población, la 'Juan José Arreola' tiene una ocupación siete veces menor a la proyectada
GUADALAJARA, JALISCO (27/OCT/2014).- Los especialistas coinciden: la Biblioteca Pública del Estado “Juan José Arreola” es de las mejores en Latinoamérica por su infraestructura y acervos históricos y contemporáneos. No es para menos: entre los gobiernos federal y estatal, así como la Universidad de Guadalajara (UdeG), invirtieron 600 millones de pesos en las nuevas instalaciones, abiertas desde 2012 en Periférico y Parres Arias. El problema es que la falta de promoción entre la población limita sus servicios a la comunidad universitaria.
Existe un Plan Maestro de la Biblioteca desde 2001, en el que se dictan las directrices para su funcionalidad y aprovechamiento. Hay estudios que prevén hasta 10 mil usuarios diarios en horarios matutino, vespertino y nocturno; sin embargo, el promedio que registra Juan Manuel Durán, responsable del inmueble, apenas es de mil 400 visitantes: “El Plan Maestro tiene un cumplimiento de 98%. En esta primera etapa es al revés: la gente tiene que venir a conocer su sede. Vamos por buen camino”.
En ese 2% de incumplimiento del Plan se revela cómo se evita la promoción de una de las bibliotecas públicas más grandes de México, que ni siquiera es difundida entre el medio millón de habitantes en su perímetro de influencia: se incumple con el préstamo externo de libros a población abierta, con encuentros extramuros con la comunidad, con exposiciones itinerantes, con el autobús ambulante para la promoción de la lectura, con el préstamo de materiales en asilos, hospitales o centros de rehabilitación. Y si se pretendía un vínculo novedoso con la población a través de asistencia en la búsqueda de empleo o incubadora de negocios, es otro pendiente.
La Red de Bibliotecas del Gobierno de Jalisco, a cargo de Patricia Cortés Sahagún, opina: “Está hecha para universitarios. (A diferencia) mi acervo es para la población en general”. Es decir, precisa que la “Juan José Arreola” ni siquiera está conectada con las 275 bibliotecas la Red. Lo mismo ocurre con la Red Nacional del Gobierno federal, con siete mil 388 sedes.
Mientras la Secretaría de Educación en Jalisco tampoco está enlazada para que sus 1.7 millones de estudiantes la visiten, representantes de colonias desconocen sus servicios.
Moisés Cruz Figueroa, secretario de la Prepa 10 de la UdeG, evidencia por qué la Biblioteca Pública es más bien universitaria: entre 600 y 900 alumnos la visitan diariamente para sus tareas o necesidades recreativas. El bachillerato está aledaño y tiene siete mil estudiantes. Son los principales usuarios, no la población.
“Creía que era un almacén”, responde Cristian Maurín, vecino de Laureles, ante la baja afluencia. La biblioteca ni letrero tiene.
Existe un Plan Maestro de la Biblioteca desde 2001, en el que se dictan las directrices para su funcionalidad y aprovechamiento. Hay estudios que prevén hasta 10 mil usuarios diarios en horarios matutino, vespertino y nocturno; sin embargo, el promedio que registra Juan Manuel Durán, responsable del inmueble, apenas es de mil 400 visitantes: “El Plan Maestro tiene un cumplimiento de 98%. En esta primera etapa es al revés: la gente tiene que venir a conocer su sede. Vamos por buen camino”.
En ese 2% de incumplimiento del Plan se revela cómo se evita la promoción de una de las bibliotecas públicas más grandes de México, que ni siquiera es difundida entre el medio millón de habitantes en su perímetro de influencia: se incumple con el préstamo externo de libros a población abierta, con encuentros extramuros con la comunidad, con exposiciones itinerantes, con el autobús ambulante para la promoción de la lectura, con el préstamo de materiales en asilos, hospitales o centros de rehabilitación. Y si se pretendía un vínculo novedoso con la población a través de asistencia en la búsqueda de empleo o incubadora de negocios, es otro pendiente.
La Red de Bibliotecas del Gobierno de Jalisco, a cargo de Patricia Cortés Sahagún, opina: “Está hecha para universitarios. (A diferencia) mi acervo es para la población en general”. Es decir, precisa que la “Juan José Arreola” ni siquiera está conectada con las 275 bibliotecas la Red. Lo mismo ocurre con la Red Nacional del Gobierno federal, con siete mil 388 sedes.
Mientras la Secretaría de Educación en Jalisco tampoco está enlazada para que sus 1.7 millones de estudiantes la visiten, representantes de colonias desconocen sus servicios.
Moisés Cruz Figueroa, secretario de la Prepa 10 de la UdeG, evidencia por qué la Biblioteca Pública es más bien universitaria: entre 600 y 900 alumnos la visitan diariamente para sus tareas o necesidades recreativas. El bachillerato está aledaño y tiene siete mil estudiantes. Son los principales usuarios, no la población.
“Creía que era un almacén”, responde Cristian Maurín, vecino de Laureles, ante la baja afluencia. La biblioteca ni letrero tiene.
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