Cultura

Subastarán en Nuevas York obra del francés Henri Matisse

Saldrán a la puja creaciones de otros artistas de gran prestigio como Roy Lichtenstein, Andy Warhol y Pablo Picasso

CIUDAD DE MÉXICO (02/NOV/2011).- Un total de 30 millones de dólares se espera obtener hoy en Nueva York, por la subasta de una escultura de bronce, de 1.88 metros de altura, del artista plástico francés Henri Matisse, quien murió el 3 de noviembre de 1954.  

La pieza forma parte de las subastas de otoño organizadas por las afamadas casas Christie´s y Sothesby´s, en las que se espera alcanzar marcas de ventas, y en las cuales uno de los artistas plásticos estrella será Matisse.  

Durante estas puestas a la venta al mejor postor saldrán a la puja creaciones de otros artistas de gran prestigio como Roy Lichtenstein (45 millones de dólares), Andy Warhol (17 millones de dólares por una pieza y 10 millones por otra) y Pablo Picasso (30 millones de dólares).  

Henri Emile Benoît Matisse nació el 31 de diciembre de 1869 en Le Cateau-Cambrésis, una pequeña localidad al norte de Francia. Fue dibujante, grabador y escultor, pero principalmente un pintor conocido por la utilización del color y por su uso original y fluido del dibujo.  

Al inicio de su carrera se le identificó con el fauvismo y para la década de 1920 ya se había destacado por su maestría en el lenguaje expresivo del color y del dibujo, la cual desplegó en una inmensa producción que se extendió por más de medio siglo, y que consagró su reputación como una de las figuras centrales del arte moderno.  

Cursó estudios de jurisprudencia entre 1887 y 1888, en la Universidad de París, pues tuvo que interrumpirlos por una larga y grave enfermedad que le retuvo en cama hacia 1890.  

Durante su convalecencia empezó a pintar y en 1891, ya recuperado, venció la oposición de sus padres y abandonó la carrera de leyes para entrar en la Escuela Julian, donde estudió bajo la dirección de Bouguereau.  

En 1892 entró en el Estudio de Gustav Moreau, en la Escuela de Bellas Artes, donde cursó estudios de pintura durante cinco años; allí conoció a Georges Rouault y a Henri Manguin.  

Asistió también a los cursos nocturnos de la Escuela de Artes Decorativas, donde entabló amistad con Albert Marquet.  

En algunas de sus figuras pintadas hacia fin de siglo se nota la influencia de Paul Cézanne en su obra, pero a partir de 1907 su estilo se hizo más definido y pintó a la manera fauve: supresión de detalles y tendencia a la simplificación.  

Con ello, obtuvo cuadros impregnados de paz y armonía, como 'Lujo, calma y voluptuosidad' o 'El marinero de la gorra'.  

A través de zonas de color diferenciadas, tradujo la forma de los objetos y el espacio existente entre ellos, además de introducir arabescos y crear un ritmo característico en sus cuadros, como en 'Las alfombras rojas'.  

Su uso del color fue de una gran sensualidad, aunque siempre muy controlada por una metódica organización estructural. 'Sueño con un arte de equilibrio, de tranquilidad, sin tema que inquiete o preocupe, algo así como un lenitivo, un calmante cerebral parecido a un buen sillón', declaró en alguna ocasión.  

Otra de sus características peculiares es la sensación de bidimensionalidad de cuadros como 'La habitación roja' (o Armonía en rojo) o 'Naturaleza muerta con berenjenas', en los que la ilusión de profundidad queda anulada mediante el uso de la misma intensidad cromática en elementos que aparecen en primer o en último plano.  

Matisse pasó mucho tiempo en el sur de Francia, sobre todo en Niza, pintando escenas locales de colorido fluido y brillante. Cuando contaba con una edad avanzada se le encargó la decoración de la capilla de Santa María del Rosario en Vence (cerca de Cannes), que terminó entre 1947 y 1951.  

Durante sus últimos años, debido a la dificultad a la hora de manejar el pincel y a su estado a menudo de postración, se entregó al découpage (técnica de papeles gouacheados y recortados), creando obras de un brillante colorido.  

A diferencia de otros artistas, tuvo un reconocimiento internacional durante su vida, gozando del favor de los coleccionistas, críticos de arte y de la generación de artistas más jóvenes. En 1952 se inauguró el Museo Matisse en su ciudad natal y él murió el 3 de noviembre de 1954.
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