Cultura
Sinfonías alemanas deleitan en el Templo de Aranzazú
Quinteto Op. 115 revive románticos, en el cierre de la sección Música en Iglesias del Festival Cultural de Mayo
Las butacas de la capilla se llenaron rápido, los pasillos también se hacían intransitables. "Que calorón", dice una señora sentada en la tercera fila, mientras agita el programa del concierto para conseguir una brisa que refresque.
Ubicados frente al altar, sin introducciones, ni batuta, más que la de sus partituras, los acordes de la internacional agrupación, conformada especialmente para la ocasión, empiezan sonar a las 20:40, cinco minutos antes de los pactado, rompiendo el silencio para partir el viaje sonoro a través del tiempo con el Quinteto Op.34 compuesto en 1815 por Carl Maria von Weber, que los presentes agradecieron con un fuerte batir de palmas entre cada uno de los cuatro movimientos. Vino el breve intermedio y casi nadie abandonó su posición.
El escenario, ideal. Los hermosos retablos de la barroca capilla parecían completar el énfasis lírico y la vitalidad expansiva de las impecables composiciones interpretadas por los artistas mexicanos Xóchitl García (clarinete) y Julio Serna Villalobos (violín), el eslovaco Robert Markus (segundo violinista), el estadounidense Robert Nelson (viola) y la letona Laila Kanniña Rozenbaha (chelo), haciendo que más de uno se perdiera entre el dorado del recinto con la melodía. Otros preferían cerrar los párpados y transportar su mente a otro lugar con la vibración de las cuerdas y el seductor sonido del clarinete.
El programa musical, de poco más de una hora, lo completaría tres movimientos del Quinteto Op.115 en Si menor de Johannes Brahms creado en 1891, que nuevamente atraparía los sentidos de los presentes, despidiendo con aplausos la maestra velada.
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