Cultura

Shakespeare, su importancia para el idioma y la literatura

Las obras del dramaturgo, poeta y actor inglés son un legado imprescindible para esta cultura

GUADALAJARA, JALISCO (19/SEP/2015).- Hay escritores que capturan la esencia de un idioma o de una literatura, al grado de que el propio lenguaje o las bellas letras no vuelven a ser lo mismo tras sus obras. Es el caso de gigantes del arte de la palabra, como lo fueron Cervantes, Goethe, Molière o Dante. Para ellos, el habla cotidiana también les reservó acaso el mejor epíteto que puede recibir un autor: «la lengua de Cervantes» es un apodo para el español, «la lengua de Goethe» para el alemán, y así Molière con el francés y Dante para el italiano.

En el caso del inglés, ese lugar encontró a un digno representante en el dramaturgo, poeta y actor William Shakespeare (aplausos). El mote de «la lengua de Shakespeare» es perfecto para el inglés, y no es para menos, pues en sus obras y poemas William utilizó más de 28 mil palabras distintas. Esto da cuenta de su enorme vocabulario, mismo que ostentó no sólo al emplear buena parte del corpus ya existente de la lengua, sino también al revitalizarla e inventar nuevos vocablos. Los neologismos que Shakespeare le dejó al idioma del Reino Unido son numerosos. El debate gira entorno al hecho de si fueron invención propia o esas palabras ya existían en la lengua coloquial: lo cierto es que las obras del bardo son el registro más añejo que se tiene de más de mil términos en inglés. Casi dos mil, de hecho.

En una línea de tiempo, Shakespeare ocupa un lugar intermedio en la evolución de su idioma al haber vivido entre ca. 1564 y 1616. Su época es conocida como el temprano inglés moderno, y le sucedió al inglés medieval. En parte, el florecimiento de este nuevo inglés renacentista tuvo en Shakespeare a un impulsor.

Ríos de tinta y bosques de libros se han escrito alrededor de este él: desde las conspiranoicas especulaciones que buscan escudriñar quién era realmente el autor que firmaba con su nombre, u otras teorías que pretenden explicar sus años de formación fuera del Reino Unido.

Allende los datos biográficos, sus obras son un legado imprescindible no sólo para disfrutar con su lectura o su representación en el teatro, ya que igualmente sus creaciones sirven para adentrarse en la psique humana, para explorar sus comportamientos y pasar un buen rato asombrados por los personajes que retrato. Igualmente, es también uno de los autores que cuentan con un mayor número de adaptaciones cinematográficas, detalle que explica la vitalidad que tienen sus obras.


EL INFORMADOR / JORGE PÉREZ  
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