Cultura

Sergio Ramírez llega a 70 años marcado por sus libros

Sus siete décadas las ha vivido ''de manera intensa'' tanto en el campo estudiantil, político y literario

MANAGUA, NICARAGUA (05/AGOSTO/2012).- El escritor nicaragüense Sergio Ramírez, ganador de los premios Alfaguara en 1998 e Iberoamericano de Letras "José Donoso" en 2011, llegó a sus 70 años de vida y 50 en las letras marcado por la dictadura de los Somoza, la revolución sandinista y sus 48 libros.

"He estado en el centro de los acontecimientos políticos o literarios" de Nicaragua, reconoció en entrevista con Efe Ramírez, quien fue vicepresidente del país durante el primer gobierno sandinista (1984-1990).

Sus siete décadas las ha vivido "de manera intensa" tanto en el campo estudiantil, político y literario, aunque, confesó, han sido las letras su vocación y devoción de toda la vida.

Retirado ya de la política, sostuvo que le gusta "más la vida literaria" porque le produce "más satisfacciones".

"Ahora lo que celebro al llegar a los 70 años son medio siglo de escribir, que me ha dado como fruto 48 libros", destacó.

Ramírez explicó que la literatura ha sido para él "una devoción verdadera, una dedicación disciplinada, que es la única manera de hacer una obra literaria".

Casado y con tres hijos, Ramírez nació en Masatepe, en la provincia nicaragüense de Masaya el 5 de agosto de 1942, cuando el país era gobernado por el padre de la dinastía, Anastasio Somoza García, un personaje que sería inspiración de sus novelas, cuentos y para involucrarse en la política.

"Nací bajo el viejo Somoza, llegué a la universidad bajo otro Somoza (Luis Somoza Debayle) y participé en el derrocamiento del último de los Somoza (Anastasio Somoza Debayle)" el 19 de julio de 1979. Mi vida está marcada por esta familia dictatorial", resumió.

A sus 14 años inauguró el camino literario con el cuento La carreta Náhualt, publicado en La Prensa Literaria, y ese mismo año publicó su primer artículo periodístico sobre los 100 años de la Batalla de San Jacinto, en Nicaragua.

Hijo de un agricultor y de una profesora de educación secundaria, se licenció en 1964 en Leyes en la Universidad Nacional de León, donde se involucra en los movimientos antisomocistas.

En 1975 se integró en el Frente Sandinista de Liberación Nacional, y tras el derrocamiento de los Somoza fue designado miembro de la denominada Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional.

"Otra vez una vida muy intensa, muy afanada", dijo Ramírez, quien junto al actual presidente nicaragüense, Daniel Ortega, gobernó el país en medio de una cruenta guerra civil que dejó miles de muertos.

El 25 de febrero de 1990 se presentó como candidato a la vicepresidencia por el FSLN, elecciones que marcaron el fin del primer régimen sandinista al ganar la coalición de partidos Unión Nacional Opositora (UNO), de Violeta Chamorro.

Desde su escaño en el Parlamento y por sus progresivos choques con la línea ortodoxa de Daniel Ortega, en mayo de 1994 quedó excluido de la dirección del partido.

En enero de 1995 decidió abandonar el FSLN tras 20 años de militancia y acto seguido promovió la constitución del Movimiento Renovador Sandinista (MSR), del que fue candidato presidencial en octubre de 1996, cuando fue derrotado por Arnoldo Alemán (1997-2002).

Después compatibilizó la política con la dirección del periódico "El Semanario" y la literatura, a la que poco a poco fue dedicando más tiempo.

"En fin, no puedo quejarme de que haya tenido momentos aburridos en mi vida o de vivir al margen. Siempre he estado en el centro de los acontecimientos políticos o literarios" de Nicaragua, señaló el escritor.

En sus 70 años de vida, el librar al país de la dictadura de los Somoza (1937-1979) ha sido una de sus tareas, que como consecuencia lo hizo asumir un papel en el primer gobierno sandinista, "pero no porque fuera mi vocación, sino porque se trataba de una revolución", aclaró.

"Mi vocación es la literatura", remarcó Ramírez, quien explicó que una vez que se retiró de la política no improvisó otro "oficio para" consolarse sino que "simplemente" volvió "al espacio de donde había partido".

Actualmente se define como un escritor que actúa como ciudadano, consciente de que su nombre en la literatura permite que sus opiniones sean más escuchadas.

"Por lo tanto tengo esa tribuna y la utilizo para hablar de manera crítica cuando creo debo hablar, pero sin mezclar el oficio literario con mis opiniones", afirmó.
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