Cultura
Se debe legalizar la mariguana: Lolita Bosch
La escritora y activista presentará el próximo jueves su novela ''Campos de amapola antes de esto''
GUADALAJARA, JALISCO (25/NOV/2012).- "Flores, seres vivos de una fortaleza extraordinaria que, como los animales, nacen, se alimentan, respiran y se reproducen. Privar a una flor de cualquiera de sus elementos vitales sería matarla. Como le sucedería a usted, como me sucedería a mi". De esta manera inicia el libro más reciente de Lolita Bosch, Campos de amapola antes de esto (Océano, 2012), donde a través de una novela, hace una revisión con datos reales sobre el pasado de las drogas en México.
Este medio platicó con ella y cuenta cuáles podrían ser los caminos por los que deberíamos transitar para terminar la guerra contra las drogas emprendida por el Gobierno Federal y que ha dejado más de 60 mil muertos y más de 40 mil desaparecidos.
-¿Por qué hacer otra novela del narco?
- A ver sí ya entendemos, ca... ¿no? Yo creo que tenemos que entender muchas cosas sobre el narco. Hay mucha crónica pero novelas son muy pocas. Quería contar cómo habíamos llegado a esta guerra, y en ella voy tejiendo lo que era previsible. Es un retrato de lo que es el narco, que no son unos señores del norte, feos, tatuados, prietos y salvajes; sino que los narcos también son los banqueros, del DF, con apellidos alemanes y con visa permanente a los Estados Unidos.
El narco son los capos, pero también los políticos y los empresarios que les limpian el dinero. Anabel Hernández dice que no se puede combatir algo que no se conoce y yo quería hacer una novela para que todo fuera platicado, pero con los datos de ciertos, llevo ocho años en esto.
-¿Crees que esta guerra se acaba el sábado que toma posesión Enrique Peña Nieto?
- Yo creo que tenemos que saber qué responsabilidades tiene el que se va y bajo qué acuerdo llega Peña Nieto. Los que se van deberían de pagar por eso, son responsables de las muertes y los desaparecidos.
-¿Y para qué sirve este libro que ahora presentas?
- Precisamente para eso, para contar lo que no sabemos. Yo empecé a escribir este libro en 2004, pero a mí el narcotráfico me interesó cuando murió Amado Carrillo, en 1997. En el DF hemos sido muy ignorantes sobre este tema, porque es una esfera. Decimos "es que el narco sólo le pasa a ellos" como si ellos no fuéramos nosotros. Como si no tuviera qué ver con nosotros. Si nosotros no somos ciudadanos que nos sentimos con el derecho a conservar la memoria y combatir una guerra, estamos perdidos.
Porque lo que llega el sábado... ese señor (Calderón) se va a ir impune y el otro va a entrar con un partido que tiene vínculos. Y esos vínculos se pagan.
-¿Por qué una novela en lugar de un reportaje o una crónica?
- Porque creo que es muy difícil entender lo que estamos viviendo si no es platicado. Con información no damos abasto, pero cuando leemos las noticias nos convertimos en espectadores. Y el exceso de información también nos paraliza.
Entender lo que está pasando es una manera de protección.
Por un lado, regresa el PRI a los Pinos el próximo sábado y por otro, hay estados en Estados Unidos que ya empezaron a legalizar algunas drogas... Y en el DF, hay que decirlo, se empiezan a legalizar algunas drogas. Y creo que ése es uno de los caminos.
Soy optimista de que podemos salir de esto, que debemos salir de esto. México no es una república bananera, tiene sus instituciones, es un país serio. Faltan muchas cosas por hacer, y la legalización es un principio. Hay que legalizar por lo menos la mariguana, creo que la cocaína no lo vamos a ver, pero estoy segura que en los próximos cinco años, vamos a ver la mariguana legalizada. Si la legalizan en Estados Unidos ya es ganancia pero hay que recordar que el narco tiene otros negocios, porque trafica niños, trafica mujeres, trafica fayuca. Pero la mariguana será una primera opción.
EL INFORMADOR / OMAR GARCÍA
Este medio platicó con ella y cuenta cuáles podrían ser los caminos por los que deberíamos transitar para terminar la guerra contra las drogas emprendida por el Gobierno Federal y que ha dejado más de 60 mil muertos y más de 40 mil desaparecidos.
-¿Por qué hacer otra novela del narco?
- A ver sí ya entendemos, ca... ¿no? Yo creo que tenemos que entender muchas cosas sobre el narco. Hay mucha crónica pero novelas son muy pocas. Quería contar cómo habíamos llegado a esta guerra, y en ella voy tejiendo lo que era previsible. Es un retrato de lo que es el narco, que no son unos señores del norte, feos, tatuados, prietos y salvajes; sino que los narcos también son los banqueros, del DF, con apellidos alemanes y con visa permanente a los Estados Unidos.
El narco son los capos, pero también los políticos y los empresarios que les limpian el dinero. Anabel Hernández dice que no se puede combatir algo que no se conoce y yo quería hacer una novela para que todo fuera platicado, pero con los datos de ciertos, llevo ocho años en esto.
-¿Crees que esta guerra se acaba el sábado que toma posesión Enrique Peña Nieto?
- Yo creo que tenemos que saber qué responsabilidades tiene el que se va y bajo qué acuerdo llega Peña Nieto. Los que se van deberían de pagar por eso, son responsables de las muertes y los desaparecidos.
-¿Y para qué sirve este libro que ahora presentas?
- Precisamente para eso, para contar lo que no sabemos. Yo empecé a escribir este libro en 2004, pero a mí el narcotráfico me interesó cuando murió Amado Carrillo, en 1997. En el DF hemos sido muy ignorantes sobre este tema, porque es una esfera. Decimos "es que el narco sólo le pasa a ellos" como si ellos no fuéramos nosotros. Como si no tuviera qué ver con nosotros. Si nosotros no somos ciudadanos que nos sentimos con el derecho a conservar la memoria y combatir una guerra, estamos perdidos.
Porque lo que llega el sábado... ese señor (Calderón) se va a ir impune y el otro va a entrar con un partido que tiene vínculos. Y esos vínculos se pagan.
-¿Por qué una novela en lugar de un reportaje o una crónica?
- Porque creo que es muy difícil entender lo que estamos viviendo si no es platicado. Con información no damos abasto, pero cuando leemos las noticias nos convertimos en espectadores. Y el exceso de información también nos paraliza.
Entender lo que está pasando es una manera de protección.
Por un lado, regresa el PRI a los Pinos el próximo sábado y por otro, hay estados en Estados Unidos que ya empezaron a legalizar algunas drogas... Y en el DF, hay que decirlo, se empiezan a legalizar algunas drogas. Y creo que ése es uno de los caminos.
Soy optimista de que podemos salir de esto, que debemos salir de esto. México no es una república bananera, tiene sus instituciones, es un país serio. Faltan muchas cosas por hacer, y la legalización es un principio. Hay que legalizar por lo menos la mariguana, creo que la cocaína no lo vamos a ver, pero estoy segura que en los próximos cinco años, vamos a ver la mariguana legalizada. Si la legalizan en Estados Unidos ya es ganancia pero hay que recordar que el narco tiene otros negocios, porque trafica niños, trafica mujeres, trafica fayuca. Pero la mariguana será una primera opción.
EL INFORMADOR / OMAR GARCÍA
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