Cultura
Satoshi es para niños, papás y abuelos
''No era tan fanático de los libros ilustrados, fue algo que lo descubrí por mi propia cuenta, lo descubrí por accidente''
Esta historia es la creación del ilustrador japonés Satoshi Kitamura, disfrutada por un público de niños y adultos en un recorrido por los relatos y dibujos del autor, con acompañamiento musical, como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro.
En su presentación se escucha la participación de Juan Carlos López con el clarinete, Roberto Villalpando con el saxofón y como narrador José Francisco Marcial. El disfrute no tiene límite de edad, los asistentes, chicos, grandes y adultos mayores se integran al cuento con risas y aplausos.
Satoshi reconoce que el libro "Igor: el pájaro que no sabía cantar", igual que sus otras obras infantiles, lo consumen tanto los niños, como los padres de ellos, como sus abuelos. Sus historias son para quien se las quiera apropiar.
"Uno de mis primos que tenía como 9 o 10 años, y yo entonces tenía como 19, me pidió que le dibujara algo y lo hice; yo tenía un libro para hacer dibujos, entonces, ahí fue como comencé a hacer cuentitos ilustrados. Luego empecé a dibujar la primera página, la segunda, y así fue como terminé todo un libro (...) Yo en aquella época no era tan fanático de los libros ilustrados, fue algo que lo descubrí por mi propia cuenta, lo descubrí por accidente".
Por esos años, cerca de la década de los 70, le envió las fotocopias de su cuento a los editores y así inició en el mundo de las ilustraciones en historias. Su primer obra se llama "Fernando Furioso".
Actualmente, el autor japonés no tiene fórmula para su proceso creativo, la trama del relato se construye casi simultánea a las imágenes.
"Es muy difícil explicar cómo se hace un cuento porque es un proceso muy orgánico", define Satoshi. Comienza con unos trazos para los dibujos, al mismo tiempo que unas líneas de narrativa y gradualmente desarrolla el cuento.
Aunque siente cariño por cada uno de sus libros, sus consentidos son "Yo y mi gato" y otro que todavía no se traduce al español que habla de unos borregos que no se pueden dormir. La razón es la claridad con que se le ocurrieron las historias y la facilidad que sintió al plasmarlas.
Satoshi encuentra curiosidades en los detalles que para la mayoría son cotidianos. De México, por ejemplo, se pregunta por qué a los árboles les ponen esa sustancia blanca para que los bichos no se acerquen; esta chispa es la que tienen sus creaciones, tanto para niños como para el público en general, que han sido traducidas al inglés, japonés, español y otras lenguas.
"Estar al pendiente de sus propias ideas", recomienda el escritor, pues uno nunca sabe cuándo van a llegar las ocurrencias.
PARA SABER:
Uno de los pájaros favoritos de Satoshi Kitamura es el colibrí. Lo descubrió en México la primera vez que vino, en un viaje con su esposa; se quedó asombrado de que existiera una especie con esas características, asegura.
EL INFORMADOR / ALEJANDRA PEDROZA
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