Cultura
Sara Sefchovich y sus primeras damas
La escritora devela el cambio de la situación de la mujer en México tomando como referencia las esposas de los presidentes
GUADALAJARA, JALISCO (02/DIC/2013).- Ya son 15 años desde que la investigadora y escritora, Sara Sefchovich, desempolvó del olvido al recordar el papel que han jugado las esposas de los presidentes de México. Fue en 1999 cuando publicó la primera edición de "La suerte de la consorte", un texto que ahonda en aquellas mujeres que han acompañado a los mandatarios políticos y que por diversas circunstancias sociales y culturales, habían quedado, en algunos casos, en el total anonimato.
En esta FIL 2013, Sefchovich regresa a Guadalajara para presentar la cuarta edición del libro que ha sumado la participación y evolución de las primeras damas, además de reflejar los diversos episodios políticos y sociales que ha atravesado el país actualizando la información al término e inicio de cada sexenio.
"En los último 30 años, no solo en México, si no en el mundo, nos empezó a interesar mucho la vida de los famosos, de los poderosos, la gente muy ávidamente lo comenzó a buscar en los medios", así es como la autora comparte la historia de las esposas de los mandatarios desde la época del virreinato hasta los tiempos modernos con la participación de Angélica Rivera, esposa del actual presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Entre los motivos los que impulsaron a Sara Sefchovich a emprender la redacción de "La suerte de la consorte", destaca el interés por develar el cambio de la situación de la mujer en México en un largo plazo, porque el libro abarca más de 500 años de historia.
"No me interesa hablar en general, en abstracto, porque no creo que exista en abstracto la mujer, es decir que somos todas iguales, que cuando hablamos de una nos estamos refiriendo a todas, pero sí a una situación de tipo social en donde ha habido un cambio significativo en funciones, posiciones, en aparecer en la historia que antes no había. Me resulto que hablando de la esposa del presidente era posible ponerle nombre a una persona de carne y hueso a una persona que ejemplificara todos esos cambios"
Aunque el libro ahonda en ligeros aspectos personales y profesionales, Sefchovich no habla santo y seña de cada una de sus protagonistas, sino como su "aparición" en la escena pública ha permitido que la historia y la inclusión de la mujer sea más amplia y cómo esto ha transformado a México.
"Se habla de las señoras pero desde una perspectiva de su trabajo público, yo no me meto en su vida privada, en los chismes"' expresa Sefchovich al explicar que a largo de más 640 páginas comparte datos biográficos como fechas y lugares de nacimiento, cuándo se casaron, sus estudios y aspectos de sus lazos familiares, pero puntualizando más en su trabajo público.
Aunque, la también psicóloga e historiadora es una máster en la investigación con más de 40 años respaldada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reconoce que lo más difícil de elaborar "La suerte de la consorte" es justamente el encontrar información clara.
"Nadie jamás consideró que estas señoras eran importantes. Entre más atrás me voy, más difícil me fue encontrar investigación. Por ejemplo, con las virreinas nadie sabe sus nombres. Para construir a mis personajes, muchos fueron a partir de la situación social".
Sefchovich señala que la participación pública de estas primeras damas refleja "una evolución que no tiene nada que ver con una ley o una institución, no hay nada que las obligue a estar ni a desaparecer. Cada una hace lo que le da su santo gusto pero respondiendo mucho a lo que la sociedad pide de ellas. En el siglo XIX la sociedad quería que las señoras estuvieran en su casa, en el XX la sociedad quiere que las señoras estén en las fiestas y revistas. No hay en ese sentido más que una evolución, no del papel de ellas, sino en general de cómo adquirimos información y qué es lo que nos va importando con el paso del tiempo".
La autora argumenta que en sí no existe algún personaje con el que haya hecho un vínculo emocional, aunque reconoce las bondades, dificultades y situaciones confusas que cada una de estas féminas vivió en sus respectivas épocas.
"Hay algunas que sí han sufrido más, como la esposa de Juárez, o la de Manuel González que la trató muy mal y ella hizo el primer divorcio importante en México, donde perdió todo: la casa y hasta los hijos, por atreverse a divorciarse del hombre que la maltrataba y humillaba. No creo que ninguna de ellas haya podido desempeñar algún papel significativo. Sin embargo admiro a todas porque a pesar de todo ese mundo en contra y que no existe jurídicamente, cada una trata de hacerlo lo mejor que puede".
En el mismo libro, Sefchovich advierte que conforme se incrementa y pule la información que recaba, surgen nuevas dudas e inquietudes a las que habrán que dar respuesta.
"Me siguen quedando dudas en términos del por qué vivimos los mexicanos en una cultura de tanta ambigüedad donde nunca sabes que es lo que sí debe hacer o no la esposa de un presidente", situación que la autora refleja en otras de sus obras: "País de mentiras", texto en el que expone "ese discurso que nos dicen y que no tiene que ver con la realidad".
"Mi gran duda es por qué los mexicanos aguantamos este tipo de ambigüedades donde nunca sabemos qué es lo que va a pasar, o lo que nos dicen no necesariamente tiene que ver con lo que pasa. Sí me gustaría a que las cosas fueran un poco más claras y definitivas".
EL INFORMADOR / NORMA GUTIÉRREZ
En esta FIL 2013, Sefchovich regresa a Guadalajara para presentar la cuarta edición del libro que ha sumado la participación y evolución de las primeras damas, además de reflejar los diversos episodios políticos y sociales que ha atravesado el país actualizando la información al término e inicio de cada sexenio.
"En los último 30 años, no solo en México, si no en el mundo, nos empezó a interesar mucho la vida de los famosos, de los poderosos, la gente muy ávidamente lo comenzó a buscar en los medios", así es como la autora comparte la historia de las esposas de los mandatarios desde la época del virreinato hasta los tiempos modernos con la participación de Angélica Rivera, esposa del actual presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Entre los motivos los que impulsaron a Sara Sefchovich a emprender la redacción de "La suerte de la consorte", destaca el interés por develar el cambio de la situación de la mujer en México en un largo plazo, porque el libro abarca más de 500 años de historia.
"No me interesa hablar en general, en abstracto, porque no creo que exista en abstracto la mujer, es decir que somos todas iguales, que cuando hablamos de una nos estamos refiriendo a todas, pero sí a una situación de tipo social en donde ha habido un cambio significativo en funciones, posiciones, en aparecer en la historia que antes no había. Me resulto que hablando de la esposa del presidente era posible ponerle nombre a una persona de carne y hueso a una persona que ejemplificara todos esos cambios"
Aunque el libro ahonda en ligeros aspectos personales y profesionales, Sefchovich no habla santo y seña de cada una de sus protagonistas, sino como su "aparición" en la escena pública ha permitido que la historia y la inclusión de la mujer sea más amplia y cómo esto ha transformado a México.
"Se habla de las señoras pero desde una perspectiva de su trabajo público, yo no me meto en su vida privada, en los chismes"' expresa Sefchovich al explicar que a largo de más 640 páginas comparte datos biográficos como fechas y lugares de nacimiento, cuándo se casaron, sus estudios y aspectos de sus lazos familiares, pero puntualizando más en su trabajo público.
Aunque, la también psicóloga e historiadora es una máster en la investigación con más de 40 años respaldada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reconoce que lo más difícil de elaborar "La suerte de la consorte" es justamente el encontrar información clara.
"Nadie jamás consideró que estas señoras eran importantes. Entre más atrás me voy, más difícil me fue encontrar investigación. Por ejemplo, con las virreinas nadie sabe sus nombres. Para construir a mis personajes, muchos fueron a partir de la situación social".
Sefchovich señala que la participación pública de estas primeras damas refleja "una evolución que no tiene nada que ver con una ley o una institución, no hay nada que las obligue a estar ni a desaparecer. Cada una hace lo que le da su santo gusto pero respondiendo mucho a lo que la sociedad pide de ellas. En el siglo XIX la sociedad quería que las señoras estuvieran en su casa, en el XX la sociedad quiere que las señoras estén en las fiestas y revistas. No hay en ese sentido más que una evolución, no del papel de ellas, sino en general de cómo adquirimos información y qué es lo que nos va importando con el paso del tiempo".
La autora argumenta que en sí no existe algún personaje con el que haya hecho un vínculo emocional, aunque reconoce las bondades, dificultades y situaciones confusas que cada una de estas féminas vivió en sus respectivas épocas.
"Hay algunas que sí han sufrido más, como la esposa de Juárez, o la de Manuel González que la trató muy mal y ella hizo el primer divorcio importante en México, donde perdió todo: la casa y hasta los hijos, por atreverse a divorciarse del hombre que la maltrataba y humillaba. No creo que ninguna de ellas haya podido desempeñar algún papel significativo. Sin embargo admiro a todas porque a pesar de todo ese mundo en contra y que no existe jurídicamente, cada una trata de hacerlo lo mejor que puede".
En el mismo libro, Sefchovich advierte que conforme se incrementa y pule la información que recaba, surgen nuevas dudas e inquietudes a las que habrán que dar respuesta.
"Me siguen quedando dudas en términos del por qué vivimos los mexicanos en una cultura de tanta ambigüedad donde nunca sabes que es lo que sí debe hacer o no la esposa de un presidente", situación que la autora refleja en otras de sus obras: "País de mentiras", texto en el que expone "ese discurso que nos dicen y que no tiene que ver con la realidad".
"Mi gran duda es por qué los mexicanos aguantamos este tipo de ambigüedades donde nunca sabemos qué es lo que va a pasar, o lo que nos dicen no necesariamente tiene que ver con lo que pasa. Sí me gustaría a que las cosas fueran un poco más claras y definitivas".
EL INFORMADOR / NORMA GUTIÉRREZ
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