Cultura
Salvador Rosillo rompe los esquemas
La galería Juan Soriano de la Casa de la Cultura Jalisciense inaugura esta noche la muestra Derivados fractales
GUADALAJARA, JALISCO.- Su rostro recuerda a un personaje de la serie Lost, pero su obra no tiene comparación. Se trata de la “pintura del siglo XXI”, concepto con el que Salvador Rosillo (Guadalajara, 1936) define su reciente trabajo integrado por 19 piezas y expuestas bajo el título Derivados fractales. La muestra se inaugurará esta noche, a las 20:30 horas, en la galería Juan Soriano de la Casa de la Cultura Jalisciense.
Hace seis meses, el artista comenzó a explorar una nueva técnica que consiste primero en un performance painting, cuyos elementos son la música de una banda de jazz en vivo, al ritmo de la cual Salvador Rosillo pinta con sus manos.
Después de una hora de movimientos y creación, la pieza está lista, pero su lectura es complicada e intensa, así que pasa a un segundo momento, cuyo fin es fotografiar no sólo el cuadro, sino detalles del mismo, es decir, que su lente se enfoca en un fragmento y dispara.
La imagen capturada es descargada en su computadora para modificarse y luego se imprime en mediano o gran formato.
El tercer eslabón es la intervención de esa fotografía, para lo cual, Rosillo toma los pinceles y plasma algo nuevo.
Esta serie, que permanecerá en exhibición durante un mes, le llevó al pintor poco más de seis meses de trabajo.
“Cuando se me pregunta dónde está la original, yo digo ésta es la original, pero no entienden nada, porque están acostumbrados a la pintura del siglo XVIII, XIX o XX. Estamos en el XXI y es cibernético”, explica el artista de origen tapatío, aunque reside en Estados Unidos desde hace 52 años.
En varias de las piezas reunidas en Derivados fractales también hay letras que simulan el marco de las obras. Al respecto, el pintor comenta que “juego con el orden de las palabras”.
Otro elemento que destaca por su intensidad es el color, la pureza de los rojos, de los azules y de los amarillos. “No sólo son colores saturados, sino que hago que brillen todavía más”, detalla.
Ésta es la primera exposición de Salvador Rosillo con este tipo de técnica y asegura sentirse contento, porque regresa a mostrar su creación en la galería Juan Soriano, lugar que recibió su trabajo en 1976.
Otros espacios de la capital jalisciense en los que ha expuesto son el Exconvento del Carmen y el Instituto Cultural Cabañas, así como en la Ciudad de México y en Nueva York, por citar algunas urbes.
En relación con el trabajo del artista, comenta que es necesario “romper sus propias construcciones, porque hay una construcción por miedo y duda, además, porque vives en una sociedad y tienes que ajustarte a tantas cosas. Todas esas normas son para que el rebaño sobreviva, pero en el caso del artista tiene que separarse del rebaño”.
La travesía del artista
Salvador Rosillo cuenta anécdotas, que hila una a una para explicar su vida. El artista de 73 años nació en Guadalajara, pero a los 18 años de edad emigró a Estados Unidos, ya que “era imposible vivir aquí para una persona como yo”.
Uno de los recuerdos más nítidos de su niñez está relacionado con su oficio. Asegura que pinta desde los dos años y medio. Ésa es la imagen que mantiene vigente.
Rosillo señala que fue su abuela quien lo formó, ella le instruía en el arte.
Cuando llegó a la nación vecina fue llamado por el ejército estadounidense y se convirtió en soldado, pero cuenta que se salvó de ir a la guerra de Vietnam.
Aunque han pasado 50 años de su estancia en las fuerzas armadas, aún cuelga de su cuello una placa que lo identifica como militar.
Al artista le llevó 15 años encontrar su verdadero yo. “Me morí a los 32 años y ni sabía que estaba muerto”.
Durante un tiempo se dedicó a viajar. “Pensé en darle la vuelta al mundo como a una pelota de béisbol. Cada vez que llegaba a un lugar que no había visto en dos años, me daba cuenta de que era diferente. Es imposible darle la vuelta al mundo, porque cambia y yo también”.
En ese tiempo encontró una filosofía que cambió su vida. Un día se despertó y vio como nunca el Sol, suceso que le hizo dejar Japón y el monasterio budista en el que se encontraba para regresar a Estados Unidos.
Ahora vive en Nueva York, donde tiene su taller y realiza su trabajo artístico.
“Están acostumbrados a la pintura del siglo XVIII, XIX o XX. Estamos en el XXI y es cibernético”
Salvador Rosillo, pintor
En síntesis
QUÉ. Exposición Derivados fractales
QUIÉN. Salvador Rosillo
CUÁNDO. Inauguración: Viernes 16 de octubre de 2009, 20:30 horas
DÓNDE. Galería Juan Soriano de la Casa de la Cultura Jalisciense (avenida Constituyentes 21)
CUÁNTO. Entrada libre
Hace seis meses, el artista comenzó a explorar una nueva técnica que consiste primero en un performance painting, cuyos elementos son la música de una banda de jazz en vivo, al ritmo de la cual Salvador Rosillo pinta con sus manos.
Después de una hora de movimientos y creación, la pieza está lista, pero su lectura es complicada e intensa, así que pasa a un segundo momento, cuyo fin es fotografiar no sólo el cuadro, sino detalles del mismo, es decir, que su lente se enfoca en un fragmento y dispara.
La imagen capturada es descargada en su computadora para modificarse y luego se imprime en mediano o gran formato.
El tercer eslabón es la intervención de esa fotografía, para lo cual, Rosillo toma los pinceles y plasma algo nuevo.
Esta serie, que permanecerá en exhibición durante un mes, le llevó al pintor poco más de seis meses de trabajo.
“Cuando se me pregunta dónde está la original, yo digo ésta es la original, pero no entienden nada, porque están acostumbrados a la pintura del siglo XVIII, XIX o XX. Estamos en el XXI y es cibernético”, explica el artista de origen tapatío, aunque reside en Estados Unidos desde hace 52 años.
En varias de las piezas reunidas en Derivados fractales también hay letras que simulan el marco de las obras. Al respecto, el pintor comenta que “juego con el orden de las palabras”.
Otro elemento que destaca por su intensidad es el color, la pureza de los rojos, de los azules y de los amarillos. “No sólo son colores saturados, sino que hago que brillen todavía más”, detalla.
Ésta es la primera exposición de Salvador Rosillo con este tipo de técnica y asegura sentirse contento, porque regresa a mostrar su creación en la galería Juan Soriano, lugar que recibió su trabajo en 1976.
Otros espacios de la capital jalisciense en los que ha expuesto son el Exconvento del Carmen y el Instituto Cultural Cabañas, así como en la Ciudad de México y en Nueva York, por citar algunas urbes.
En relación con el trabajo del artista, comenta que es necesario “romper sus propias construcciones, porque hay una construcción por miedo y duda, además, porque vives en una sociedad y tienes que ajustarte a tantas cosas. Todas esas normas son para que el rebaño sobreviva, pero en el caso del artista tiene que separarse del rebaño”.
La travesía del artista
Salvador Rosillo cuenta anécdotas, que hila una a una para explicar su vida. El artista de 73 años nació en Guadalajara, pero a los 18 años de edad emigró a Estados Unidos, ya que “era imposible vivir aquí para una persona como yo”.
Uno de los recuerdos más nítidos de su niñez está relacionado con su oficio. Asegura que pinta desde los dos años y medio. Ésa es la imagen que mantiene vigente.
Rosillo señala que fue su abuela quien lo formó, ella le instruía en el arte.
Cuando llegó a la nación vecina fue llamado por el ejército estadounidense y se convirtió en soldado, pero cuenta que se salvó de ir a la guerra de Vietnam.
Aunque han pasado 50 años de su estancia en las fuerzas armadas, aún cuelga de su cuello una placa que lo identifica como militar.
Al artista le llevó 15 años encontrar su verdadero yo. “Me morí a los 32 años y ni sabía que estaba muerto”.
Durante un tiempo se dedicó a viajar. “Pensé en darle la vuelta al mundo como a una pelota de béisbol. Cada vez que llegaba a un lugar que no había visto en dos años, me daba cuenta de que era diferente. Es imposible darle la vuelta al mundo, porque cambia y yo también”.
En ese tiempo encontró una filosofía que cambió su vida. Un día se despertó y vio como nunca el Sol, suceso que le hizo dejar Japón y el monasterio budista en el que se encontraba para regresar a Estados Unidos.
Ahora vive en Nueva York, donde tiene su taller y realiza su trabajo artístico.
“Están acostumbrados a la pintura del siglo XVIII, XIX o XX. Estamos en el XXI y es cibernético”
Salvador Rosillo, pintor
En síntesis
QUÉ. Exposición Derivados fractales
QUIÉN. Salvador Rosillo
CUÁNDO. Inauguración: Viernes 16 de octubre de 2009, 20:30 horas
DÓNDE. Galería Juan Soriano de la Casa de la Cultura Jalisciense (avenida Constituyentes 21)
CUÁNTO. Entrada libre