Cultura
Ruinas de la ciudad vieja de Homs inspiran a los artistas sirios
Directores de cine, pintores y fotógrafos retoman las tragedias de esta zona
sirios.
En medio de las ruinas, Jud Said rodó "Llueve en Homs" en verano de 2014, tres meses después de la retirada de los insurgentes de este enclave que tanto habían defendido.
"Al principio, se trataba de una obra cerrada entre un hombre y una mujer que se encuentran en un edificio asediado, en frente de una iglesia donde vive encerrado un sacerdote. Pero cuando los rebeldes se fueron de la ciudad, cambié el guión y decidí rodar en el lugar", explica este director de 35 años.
La oposición al régimen de Bashar al Asad llamó a la ciudad de Homs "la capital de la revolución" porque se convirtió en su epicentro en marzo de 2011.
Cuando la revuelta se militarizó por la represión, el ejército consiguió retomarla excepto la parte vieja, que quedó en manos de los rebeldes de diciembre de 2012 hasta mayo de 2014.
La película relata los últimos tres meses de asedio a través de la historia de una mujer y de su hermana pequeña. Aprovechan la primera evacuación de civiles en febrero de 2014 para entrar en la ciudad y buscar a su hermano desaparecido.
Las dos hermanas sobrevivirán gracias a la ayuda de un cura, que será asesinado.
"Las ruinas son uno de los personajes de la película porque muestran de lo que es capaz el ser humano en cuanto a destrucción y masacres : no sólo de otros seres humanos sino también de nuestra cultura, de nuestro patrimonio", explica Said, laureado con el premio a la mejor película árabe en el festival de El Cairo 2015 por "Esperando el otoño".
Durante 100 días, el equipo vivió en medio de las ruinas de este barrio sin alma.
"Estas ruinas cuentan la memoria de sus habitantes. Con los balcones, las ventanas y las cortinas, todavía se siente la presencia de la gente, hoy desaparecida. No sabemos qué ha sido de ellos: refugiados, quizás muertos", añade el director, que estudió en la escuela francesa de cine Louis Lumière.
Al comentarle que es el ejército el responsable de la mayoría de las destrucciones, responde: "Nosotros, los sirios, somos todos culpables, responsables de nuestras propias desgracias. Poco importa quién ha hecho qué, dónde o cómo. Somos nosotros los que tenemos que encontrar los medios para curar nuestras heridas, del alma y de las piedras".
Bodas en medio de los escombros
Traumatizada por todo lo que ha sufrido la ciudad, Yara Issa se expresa a través de la pintura. "Todos mis cuadros están inspirados en la guerra. Gente muerta, explosiones, obuses... utilizo colores fríos que sugieren tristeza", dice esta artista de 26 años.
Originaria de Bab Sebaa, un barrio de la ciudad vieja, tuvo que exiliarse a Damasco tras la destrucción de su casa y de "todos los lugares" donde acostumbraba a ir.
El fotógrafo Jaafar Merhi ha decidido inmortalizar a parejas de novios vestidos de fiesta en lugares destrozados por la guerra, como fachadas acribilladas por balas, edificios derrumbados o apartamentos ennegrecidos por las bombas incendiarias.
"Ya hice tres bodas en estos decorados. Cuando le propuse a una pareja fotografiarse aquí por primera vez, se sorprendió. Al explicar que quiero mostrar que el amor existe a pesar de las ruinas, algunos aceptan, otros no", cuenta el artista.
Ferviente partidario del régimen, este fotógrafo de 22 años acusa a los "terroristas" de toda la destrucción y dice que el ejército cumplió con su deber al tomar el barrio a la fuerza.
Ahora inmortaliza la boda de Hasan Yusef, un oficial de 27 años, con Rana, de 18 años. "He aceptado ser fotografiada en este sitio devastado porque, más tarde, enseñaré la imagen a mis hijos y les diré que, pese a esta tristeza, la vida continúa", explica la novia.
HOMS, SIRIA (09/FEB/2016).- Las adversidades que ha tenido que soportar la ciudad vieja de Homs, desfigurada por bombardeos y combates entre ejército y rebeldes a lo largo de 20 meses, persiguen a los artistas
En medio de las ruinas, Jud Said rodó "Llueve en Homs" en verano de 2014, tres meses después de la retirada de los insurgentes de este enclave que tanto habían defendido.
"Al principio, se trataba de una obra cerrada entre un hombre y una mujer que se encuentran en un edificio asediado, en frente de una iglesia donde vive encerrado un sacerdote. Pero cuando los rebeldes se fueron de la ciudad, cambié el guión y decidí rodar en el lugar", explica este director de 35 años.
La oposición al régimen de Bashar al Asad llamó a la ciudad de Homs "la capital de la revolución" porque se convirtió en su epicentro en marzo de 2011.
Cuando la revuelta se militarizó por la represión, el ejército consiguió retomarla excepto la parte vieja, que quedó en manos de los rebeldes de diciembre de 2012 hasta mayo de 2014.
La película relata los últimos tres meses de asedio a través de la historia de una mujer y de su hermana pequeña. Aprovechan la primera evacuación de civiles en febrero de 2014 para entrar en la ciudad y buscar a su hermano desaparecido.
Las dos hermanas sobrevivirán gracias a la ayuda de un cura, que será asesinado.
"Las ruinas son uno de los personajes de la película porque muestran de lo que es capaz el ser humano en cuanto a destrucción y masacres : no sólo de otros seres humanos sino también de nuestra cultura, de nuestro patrimonio", explica Said, laureado con el premio a la mejor película árabe en el festival de El Cairo 2015 por "Esperando el otoño".
Durante 100 días, el equipo vivió en medio de las ruinas de este barrio sin alma.
"Estas ruinas cuentan la memoria de sus habitantes. Con los balcones, las ventanas y las cortinas, todavía se siente la presencia de la gente, hoy desaparecida. No sabemos qué ha sido de ellos: refugiados, quizás muertos", añade el director, que estudió en la escuela francesa de cine Louis Lumière.
Al comentarle que es el ejército el responsable de la mayoría de las destrucciones, responde: "Nosotros, los sirios, somos todos culpables, responsables de nuestras propias desgracias. Poco importa quién ha hecho qué, dónde o cómo. Somos nosotros los que tenemos que encontrar los medios para curar nuestras heridas, del alma y de las piedras".
Bodas en medio de los escombros
Traumatizada por todo lo que ha sufrido la ciudad, Yara Issa se expresa a través de la pintura. "Todos mis cuadros están inspirados en la guerra. Gente muerta, explosiones, obuses... utilizo colores fríos que sugieren tristeza", dice esta artista de 26 años.
Originaria de Bab Sebaa, un barrio de la ciudad vieja, tuvo que exiliarse a Damasco tras la destrucción de su casa y de "todos los lugares" donde acostumbraba a ir.
El fotógrafo Jaafar Merhi ha decidido inmortalizar a parejas de novios vestidos de fiesta en lugares destrozados por la guerra, como fachadas acribilladas por balas, edificios derrumbados o apartamentos ennegrecidos por las bombas incendiarias.
"Ya hice tres bodas en estos decorados. Cuando le propuse a una pareja fotografiarse aquí por primera vez, se sorprendió. Al explicar que quiero mostrar que el amor existe a pesar de las ruinas, algunos aceptan, otros no", cuenta el artista.
Ferviente partidario del régimen, este fotógrafo de 22 años acusa a los "terroristas" de toda la destrucción y dice que el ejército cumplió con su deber al tomar el barrio a la fuerza.
Ahora inmortaliza la boda de Hasan Yusef, un oficial de 27 años, con Rana, de 18 años. "He aceptado ser fotografiada en este sitio devastado porque, más tarde, enseñaré la imagen a mis hijos y les diré que, pese a esta tristeza, la vida continúa", explica la novia.
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