Cultura
Rinden homenaje a Gabriel García Márquez
En la FIL hacen tributo al maestro y amigo de quienes aman la literatura
GUADALAJARA, JALISCO (29/NOV/2014).- La FIL de Guadalajara fue el marco perfecto para que los lectores abarrotaran la tarde de este 29 de noviembre el Auditorio Juan Rulfo para atestiguar
el sentido homenaje que amigos y colaboradores de Gabriel García Márquez rindieron a su memoria; una cita en la que los periodistas, promotores de cultura y escritores Ángeles Mastretta, Pilar del Río, Jaime Abello Banfi, Jorge Franco, Senel Paz, Doris Bravo, María Cristina García, Roberto Pombo Holguín, Claudio López Lamadrid y Rebeca Grynspan Mayufis, recordaron el genio del autor de "Cien años de soledad" en una dimensión íntima.
De este modo, como señaló Raúl Padilla, presidente de la FIL, el evento hizo tributo al "paradigma del escritor versátil", autor que fue siempre "maestro y amigo de quienes amamos la literatura"; así, esta "relación de fortuna" -como sentenció su último editor, Claudio López Lamadrid- con el colombiano se definió "por estar cerca de él".
Morirse no fue lo suyo
En dicha cercanía fue que la escritora mexicana Ángeles Mastretta fundó su testimonio, para comentar "quién sabe de dónde sale el genio, que las estrellas lo adivinen, a nosotros nos tocó atestiguarlo"; asimismo, dijo que leerlo "era volverse su amigo, porque al igual que la luna, le pertenece a cada quien de distinto modo" y, como "hombre excepcional" que era, "lo suyo no era morirse".
Con tono similar, Pilar del Río -viuda de José Saramago- se refirió a los encuentros entre su esposo y el autor de "El coronel no tiene quien le escriba", una relación de "dos hombres tímidos que conversaban sobre cualquier tema, pero no sobre sus libros"; además, afirmó que fue en Guadalajara "donde se consolidó su amistad, siempre llena de una enorme libertad y respeto".
Sabio y entusiasta
Entre los escritores invitados, el cubano Senel Paz registró un anecdotario de sus encuentros con García Márquez durante los cursos que ofreció en la escuela internacional de cine de San Antonio de los Baños, donde pasó horas "regalando sus conocimientos con la mayor bondad del mundo", en clases que "se alimentaban no sólo de su saber como de su entusiasmo".
Por su parte, el narrador colombiano Jorge Franco -ganador del Premio Alfaguara de Novela 2014- hizo un retrato de su relación con la obra de García Márquez "antes de conocerlo", un encuentro que desde su juventud le hizo saber que "tenía ante mis ojos otra forma de narrar, un estilo único que es el legado que nos ha dejado, porque nos reinventó para el mundo".
Periodista empedernido
Finalmente, vale consignar que Jaime Abello -actual director de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) y quien, con 30 años de conocerlo, trabajó casi dos décadas al lado del escritor- refirió con detalle que "muchas de sus preocupaciones se reflejaban en el periodismo", oficio que García Márquez juzgaba central en su desarrollo y con el que buscaba "dejar una impronta en su tiempo".
De este modo, habló del proyecto no realizado del colombiano por "fundar un periódico", algo que no consiguió pero que -cree- se cristalizó con la FNPI porque, afirmó, García Márquez "sabía que en el periodismo se encontraba la posibilidad de ejercer la ciudadanía y de hacer política", comprometido como estaba "con los drechos humanos y la búsqueda de la paz".
EL INFORMADOR / RICARDO SOLÍS
De este modo, como señaló Raúl Padilla, presidente de la FIL, el evento hizo tributo al "paradigma del escritor versátil", autor que fue siempre "maestro y amigo de quienes amamos la literatura"; así, esta "relación de fortuna" -como sentenció su último editor, Claudio López Lamadrid- con el colombiano se definió "por estar cerca de él".
Morirse no fue lo suyo
En dicha cercanía fue que la escritora mexicana Ángeles Mastretta fundó su testimonio, para comentar "quién sabe de dónde sale el genio, que las estrellas lo adivinen, a nosotros nos tocó atestiguarlo"; asimismo, dijo que leerlo "era volverse su amigo, porque al igual que la luna, le pertenece a cada quien de distinto modo" y, como "hombre excepcional" que era, "lo suyo no era morirse".
Con tono similar, Pilar del Río -viuda de José Saramago- se refirió a los encuentros entre su esposo y el autor de "El coronel no tiene quien le escriba", una relación de "dos hombres tímidos que conversaban sobre cualquier tema, pero no sobre sus libros"; además, afirmó que fue en Guadalajara "donde se consolidó su amistad, siempre llena de una enorme libertad y respeto".
Sabio y entusiasta
Entre los escritores invitados, el cubano Senel Paz registró un anecdotario de sus encuentros con García Márquez durante los cursos que ofreció en la escuela internacional de cine de San Antonio de los Baños, donde pasó horas "regalando sus conocimientos con la mayor bondad del mundo", en clases que "se alimentaban no sólo de su saber como de su entusiasmo".
Por su parte, el narrador colombiano Jorge Franco -ganador del Premio Alfaguara de Novela 2014- hizo un retrato de su relación con la obra de García Márquez "antes de conocerlo", un encuentro que desde su juventud le hizo saber que "tenía ante mis ojos otra forma de narrar, un estilo único que es el legado que nos ha dejado, porque nos reinventó para el mundo".
Periodista empedernido
Finalmente, vale consignar que Jaime Abello -actual director de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) y quien, con 30 años de conocerlo, trabajó casi dos décadas al lado del escritor- refirió con detalle que "muchas de sus preocupaciones se reflejaban en el periodismo", oficio que García Márquez juzgaba central en su desarrollo y con el que buscaba "dejar una impronta en su tiempo".
De este modo, habló del proyecto no realizado del colombiano por "fundar un periódico", algo que no consiguió pero que -cree- se cristalizó con la FNPI porque, afirmó, García Márquez "sabía que en el periodismo se encontraba la posibilidad de ejercer la ciudadanía y de hacer política", comprometido como estaba "con los drechos humanos y la búsqueda de la paz".
EL INFORMADOR / RICARDO SOLÍS
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