Cultura
Ricardo Agraz brilla con su obra
Su intervención en una planta de tratamiento abandonada le vale la medalla de oro en la Bienal de Arquitectura México
El lema de la edición XIII la Bienal de Arquitectura México fue “Por una arquitectura más humana”, y premió a un centro cultural y deportivo. Agraz trabajó en el proyecto ganador durante dos años en Tlajomulco. Se trata de la rehabilitación de una planta de tratamiento de agua abandonada.
“Nunca funcionó como planta de tratamiento, años después era un foco de infección para producir dengue, en una zona altamente poblada en Santa Fe en Tlajomulco. Era más caro derrumbarla, así que decidimos convertirla en un centro cultural, bajo la primicia de que era un lugar para recibir los desechos del hombre, y que ahora produzca cultura”, comentó el arquitecto en entrevista con este medio.
El premio es especial para Ricardo Agraz por varias razones: “Uno trabaja para ganarse la vida, nuestra recompensa son los honorarios; un premio es un regalo, y a cualquiera nos pone contento un regalo. Este proyecto es especial por ser espacio público, hay que recuperarlo. La Planta se trata de eso”, afirmó, y agregó: “A veces los premios se los llevan obras privadas, con mucho presupuesto. Ésta en particular tiene mucho impacto en el público, sorprende gratamente, tuvimos poco presupuesto”.
Luz para un lugar en abandono
Ricardo Agraz cuenta cómo utilizaron la estructura de La Planta para darle un uso distinto: “Sobre los grandes muros de concreto colocamos bóvedas, y con la ayuda de los artistas plásticos Francisco Morales y Adrián Guerrero se acondicionaron seis grandes salones”.
Ahora en estos espacios se practica futbol, artes plásticas, clases de violín (con un miembro de la Orquesta Filarmónica de Jalisco) y hay una escuela de gimnasia olímpica. Así, La Planta se convirtió en un centro cultural y deportivo de 450 metros cuadrados, donde los talleres se imparten de manera gratuita. En una de las visitas que hizo Ricardo, ya con La Planta funcionando, el arquitecto se encontró con el taller de música: “Es muy conmovedor ver las clases de música, se me enchinó la piel al ver a los niños estudiando violín”.
Para el tapatío, la arquitectura contemporánea debe ofrecer soluciones en el espacio público: “Cuando alguien visita una ciudad no va a las casas o a los edificios, visita los espacios públicos. En Guadalajara la cruz de plazas... son espacios que hacen memorable a la ciudad, espero trabajar más en esos espacios públicos”.
La importancia de esos espacios públicos no sólo es hacia los turistas: “Es momento de mirar el espacio público, que es como el ancestro primitivo de las redes sociales: ahí la gente se reúne a ‘chatear’, antes le decían platicar”.
En los dos años que duró la intervención de La Planta hubo cambios políticos en el municipio de Tlajomulco: “Por suerte no quedó archivado, pasó por tres presidentes municipales”, comentó, además de afirmar que su labor no tiene un perfil partidista: “Los arquitectos no tenemos filiación política: el espacio público implica que las autoridades correspondientes nos encomienden el trabajo”.
El arquitecto ha trabajado en numerosos municipios de Jalisco sin importar el partido político de los presidentes municipales.
Otros proyectos de éxito
La Planta no fue el primer proyecto en el espacio público de Ricardo Agraz, le antecede, por ejemplo, el malecón de Cajititlán, obra que le valió para obtener una mención honorífica en la Bienal de Arquitectura en su edición 2012. Otro malecón que trabajó fue el de Cuexcomatitlan, “Compañero del de Cajititlán, se puede viajar de uno a otro en lancha, esto favorece al turismo”, comentó.
En Jalisco también ha colaborado con otros municipios, como Puerto Vallarta, Tequila (en el proyecto de Pueblos Mágicos), Mazamitla (la Calle Hidalgo). En Guadalajara trabajó en la pequeña plaza pública en Juan Manuel y Enrique Díaz de León, en el año 2000.
Además, en Guadalajara actualmente trabaja en el Parque Alcalde: “Es significativo porque está en nuestra memoria colectiva, en todos los tapatíos están los recuerdos de la infancia. Intervenirlo es un premio”, comentó. El proyecto del Parque Alcalde se complementa con un acuario. El trenecito ampliará su ruta de 500 metros a un kilómetro. Además, éste ahora será eléctrico, por razones ecológicas.
PERFIL
Trabajo arduo
Ricardo Agraz estudió arquitectura en la Universidad de Guadalajara, de la cual egresó en 1985. Más tarde cursó en Colima una maestría a finales de los ochenta con el tema de diseño hidroclimático. En 2013, el Colegio de Arquitectos del Estado de Jalisco le otorgó la distinción Alejandro Zohn en la categoría de Diseño Arquitectónico.
Como docente ha dado clases en la Universidad de Guadalajara, el ITESO y el Tec de Monterrey, con las cátedras de dibujo y el taller de proyectos. Su obra cuenta con más de 10 publicaciones entre revistas y libros.
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