Cultura
Revisan la influencia de los jesuitas en México
Alberto Ruy Sánchez, novelista mexicano y director de Artes de México, ratificó la enorme relevancia que ha tenido el estudio de la Compañía de Jesús
Al igual que tantos otros elementos, ideas, proyecciones de nación inconclusas, avances científicos, aportes teológicos, modelos educativos y sociales o narraciones que le han dado cuerpo a lo que hoy se llama México, el barroco tiene detrás la extensa mano jesuita.
Con una breve revisión de esta influencia, Alberto Ruy Sánchez, novelista mexicano y director de Artes de México, ratificó la "enorme relevancia" que ha tenido para esa casa editorial el estudio de la Compañía de Jesús, el cual ya ha dado pie a siete números especiales entre las 104 ediciones de la revista, originada en 1988.
Junto a él, Alfonso Alfaro, antropólogo y director del Instituto de Investigaciones Artes de México; el filósofo jesuita Arturo Reynoso y el diplomático Juan Manuel Gómez Robledo, todos moderados por el rector del ITESO, Juan Luis Orozco, SJ, presentaron la noche de este martes 28 de febrero en la Casa ITESO Clavigero la edición titulada "Los jesuitas y la construcción de la nación mexicana", informó la institución educativa.
Tal como lo anunció el propio Ruy Sánchez, la presentación fue el preludio a una serie de actividades en torno al legado jesuita y la entrega del doctorado Honoris Causa a Alfaro el próximo 14 de marzo en el ITESO, apuntó a través de un comunicado de prensa.
El mismo Alfaro fue quien hizo hincapié en la gran cantidad de raíces que tiene la nación mexicana unidas a los jesuitas, al grado de aseverar que cualquier historiador mexicano se topará, tarde o temprano, con la Compañía de Jesús.
"Para poder hacer a fondo el análisis de una enciclopedia de las culturas de México, se pensó que el estudio de la Compañía de Jesús era un objeto indispensable. Es un objeto indispensable cuando alguno quiere entender la historia de este país", aseveró.
También honró "las voces de esos jesuitas (encabezados por Francisco Xavier Clavigero) que, desde el exilio, dedicaron todo su empeño y su energía a seguir construyendo una sociedad a la que la mayoría de ellos nunca pudieron regresar". Recordó que Antonio Robledo y Agustín Yáñez le dieron a Clavigero el lugar indispensable que se merecía en el panteón de los héroes de la patria.
Reynoso, jefe del Departamento de Filosofía y Humanidades del ITESO, enumeró las aportaciones de varios jesuitas antes y después de la expulsión de México de la Compañía en 1767.
Entre varios ejemplos, se refirió a la capacidad de Clavigero para mantener su integridad como historiador a pesar del dolor.
"Registrar la experiencia del destierro que acaba de padecer, representa para Clavigero un gran desafío: narrar una historia con apego y fidelidad a los hechos; relatar con agilidad narrativa el transcurso de una travesía, y sobre todo, manifestar con decisión y sobriedad su dolor, tristeza e indignación ante la dura experiencia que viven él y todos sus compañeros", leyó Reynoso.
Por su parte, Gómez Robledo, quien es descendiente del citado Antonio Gómez Robledo, consideró que los textos incluidos en la revista permiten obtener una "mejor y más honda comprensión de los desafíos que tenemos como nación", a la que le urge una "revolución educativa sin dilación".
Hacia el final de la velada, a la cual asistieron alrededor de 250 personas, Ruy Sánchez se despachó con un par de hilarantes anécdotas en referencia a una periódica discusión que tenía con el Nobel Octavio Paz, de formación jacobina, y a quien el director de Artes de México le espetaba que "las trampas no son de la fe, sino de la razón que razona sobre la fe", haciendo alusión al clásico libro de aquel, Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe.
El escritor recordó que la ciencia más avanzada, la ciencia especulativa, abreva del trabajo de los jesuitas de la época independentista y el periodo previo a ésta, pero cuyos proyectos científicos, sociales, culturales y de nación se vieron violentamente cortados por los cambios y reformas sufridos en el país, rompimiento que no ha cicatrizado y que ha desembocado en un sistema político ya caduco, como lo definió Gómez Robledo.
Aunque la esperanza se mantiene, coincidieron varios de los presentadores, porque lo que anima su trabajo y el de una revista como Artes de México, aseguró Ruy Sánchez, se mueve con el mismo motor que animaba a los jesuitas del primer México: "El placer de contemplar y el placer de comprender".
EL INFORMADOR
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