Cultura
Reunión histórica de arquitectos
Los tres primeros egresados de la Escuela de Arquitectura de la UdeG celebran sesenta años de práctica profesional
Fue el 20 de febrero de 1955 que estos tres grandes arquitectos hicieron su examen profesional, después siguieron diferentes caminos, Nafarrete y Ponce orientados más a la docencia y Chávez de la Mora como sacerdote, al seguir su vocación religiosa; así, la charla se tornó un suceso —en palabras de la directora de la Esarq, Liliana Ponce— con “alto grado de simbolismo, aprendizaje y emoción”.
Los destacados arquitectos señalaron la importancia de quien fuera director fundador de la “mítica” Escuela de Arquitectura de la UdeG, Ignacio Díaz Morales, a quien Ponce Adame no dudó en calificar como “un segundo padre” y, agregó Nafarrete, “realmente un apóstol, pero un verdugo para algunos, porque nos hacía trabajar todo el día”.
De él “heredamos la intención de enseñar; uno se siente como un papá para los educandos porque los desea mejores que uno, quienes buscamos ser maestros en eso tenemos nuestro pago, el gozo y placer de entregar algo de nuestro ser”, dijo Ponce Adame.
Influencias y escuela
Por lo que toca a las influencias, Nafarrete relató que “Díaz Morales nos prohibía ver revistas, hasta hace poco entendí por qué, y es que los arquitectos debemos ser inventores, toda obra debe ser distinta y no una imitación de formas o edificios de un nombre que esté de moda”.
De la Mora dijo que de la “soñada” Escuela de Arquitectura de la UdeG “fue saliendo una concepción de lo que sería llamada arquitectura tapatía, sin elementos sobrepuestos, de carácter simple y regional”, con una marcada tendencia a “simplificar las formas”.
Aunque los tres arquitectos señalaron problemas que aprecian en la ciudad actualmente, desde edificios que “son una vergüenza” hasta la falta de regulación de uso de suelo, incumplimiento de planes parciales y abusos de los constructores, apuestan por el futuro. De la Mora conminó alos estudiantes a “no olvidar que, como cualquier otra profesión, la arquitectura es una actividad de servicio y no de lucimiento, tiene una responsabilidad social”.
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