Cultura
Retratan rostros de fallecidos con cenizas
El autor, conocido como 'el ladrón de tumbas', trata de reconstruir un relato imaginario de personas y de despertar un sentimiento de piedad
"Grave robber" (El ladrón de tumbas) es el provocativo título de esta colección, que se exhibe en la galería Dvorak Sec Contemporary de Praga hasta el 25 de noviembre.
La muestra consta de 19 cuadros, en los que Týc ha utilizado la técnica de la autotipia, donde las resinas traslúcidas quedan impregnadas con las cenizas, lo que permite ver el contorno de los rostros y los rasgos de las caras.
Se trata de una técnica muy usada también por el maestro del pop art Andy Warhol, que añade ahora la novedad de emplear cenizas humanas.
Týc ha recogido la ceniza que después de la cremación no caben en las urnas fúnebres y son desechadas. En cualquier caso, la galería no ha querido especificar la manera en que el autor de la muestra consiguió esos restos humanos e incluso no descarta que sean robados.
"Cuando a uno se le muere la madre a los seis años, se la percibe como una urna de latón de dos kilos y, el resto de su vida, sólo a partir de fotografías. Entonces, crees, como hacen los niños, que existe una manera de liberarla de esa lata, y no sólo a ella", ha justificado Týc la motivación de esta polémica técnica creativa.
Los modelos de los retratos están inspirados en fotos reales de fallecidos sacadas de los mismos cementerios y columbarios de los que el pintor ha obtenido las cenizas.
"Son retratos de gente de mediana edad, checos y extranjeros. No hay ningún joven, para que no se le pueda identificar fácilmente por ser más cercano a nosotros", explicó a Efe Edmund Cucka, director ejecutivo de la galería.
No existe tampoco relación entre el retratado y los materiales, y no aparecen ni siquiera los nombres de las personas, casi siempre rostros estilizados.
También forma parte de la exposición un artefacto, "Neplatici" (Morosos), hecho con fragmentos de lápidas que el autor se encontró en un contenedor, después que las respectivas tumbas fueran desmanteladas al no ser abonado por los familiares las tasas de enterramiento.
De esta manera, el autor trata de reconstruir un relato imaginario de personas y de despertar un sentimiento de piedad, a partir de lo poco que queda al final de los días.
"Hemos acordado que estos cuadros no están a la venta. No comerciamos con la muerte", añadió Cucka.
Týc, que se presenta en sociedad con este seudónimo, realizó hace ya unos años un polémico proyecto con semáforos urbanos en Praga, que está a punto de llevarle a la cárcel.
El autor, que forma parte del grupo creativo "Ztohoven" (que en checo se puede entender como "100 mierdas" y también como "larguémonos de aquí") cambió las lentes verdes y rojas de 42 semáforos en el centro de la capital checa y las sustituyó por otras con diseños curiosos.
Entre los diseños que usó figuraban una madre con su hijo, un ahorcado, un Cristo, una persona orinando, un borracho, hasta un total de doce motivos.
"El proceso ha acabado y la sentencia es inapelable. En el caso de que no pague la multa, deberá pasar un mes por la prisión. El autor espera a recibir la notificación y está dispuesto a ir a la cárcel. A pesar de considerarse inocente, cree que es moral sufrir esa pena", afirmó Cucka.
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