Cultura

''Reencuentro'' con Borges

La exposición reune 90 fotografías, muchas de ellas inéditas, de Paulina Lavista, Rogelio Cuéllar y Héctor García, así como una colección de dibujos del artista Felipe Ehrenberg

CIUDAD DE MÉXICO (31/JUL/2012).- El Jorge Luis Borges que llegó por vez primera a México en 1973 es muy distinto al que regresó a esta patria en 1978 y en 1981. Al primero se le ve con cabello relamido, de traje azul, muy serio y muy argentino; al que regresó se le atisba más fresco, con traje de lino blanco, de cabello un poco más largo y alborotado.

Dos de las facetas que más conoció México de ese escritor argentino, tan aclamado y tan leído, son la columna vertebral de Borges en México. Crónica visual y literaria, la exposición abrió ayer sus puertas en el Palacio de Bellas Artes y podrá verse hasta el próximo 2 de septiembre.

Son alrededor de 90 fotografías, muchas de ellas inéditas, de Paulina Lavista, Rogelio Cuéllar y Héctor García, así como una colección de dibujos del artista Felipe Ehrenberg. “Lo que sobre todo recordaba de este país era la relación con la gente que conocía”, aseguró María Kodama, viuda de Borges.

La “literatura” y la “amistad” fueron las dos bases sobre las que el autor de El Aleph asentó su relación con un país que visitó en tres ocasiones, dos de ellas de la mano de Miguel Capistrán, investigador, ensayista e historiador de las letras mexicanas, quien presentará la obra Borges y México.

“La importancia de un país para él era la literatura”, comentó su viuda, quien recordó que en vida no olvidó nunca su visita a los restos arqueológicos de Chichén Itzá, en la península de Yucatán.

Gracias a este programa en torno a la figura de Borges, indicó, se podrá conocer la realidad de un escritor “universal”, al que “cuando le preguntaban que por qué modificaba su obra hasta tal punto que sus primeros poemas resultan difíciles de conocer”, contestaba que “tenía derecho a cambiar las veces que quisiera”.

Para Kodama, Borges era un “adelantado” a su tiempo, que consiguió trascender a la literatura y convertirse en “fuente de inspiración para las ciencias”. A pesar de sus numerosas cualidades, lo que más admira su viuda es “el hecho de haber sido un ser que no se traicionó a sí mismo”, un hombre “libre”, a lo que añadió que “si tuviera que elegir entre su obra y eso”, elegiría lo segundo: “por eso mi amor sigue y es eterno”.

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