Cultura

Recuperan el libro perdido de Julio Cortázar

El 26 de agosto el autor de Rayuela cumpliría 100 años; su memoria se enaltece hoy con la publicación de un libro póstumo

GUADALAJARA, JALISCO (25/AGO/2014).- El cuchillo, la traición y el tango son ejes de La puñalada/El tango de vuelta, el libro póstumo de Julio Cortázar y el artista Pat Andrea, publicado el 15 de febrero de 1984, un día después de que fuera enterrado el autor de Rayuela. Una joya editorial que estuvo pérdida y que ahora se recupera.

El libro de Julio Cortázar, que mañana (26 de agosto) hubiera cumplido 100 años, saldrá en septiembre editada por Libros del Zorro Rojo, como una de sus novedades estrella y en una bellísima edición que respeta el formato original y que se enriquece con un epílogo de Enrique Vila-Matas.

Así, este libro, que tiene una historia detrás digna también de una novela, aúna las imágenes y dibujos del artista holandés Pat Andrea (La Haya, 1942) con un texto de Cortázar, un cuento que entregó a Andrea bajo el título El Tango de vuelta, la historia de un crimen en Buenos Aires plagada de matices con un final de muerte, venganza y desamor.

La puñalada/El tango de vuelta, que tiene una historia llena de azar y accidente, según relata Alberto Sotelo, el editor de Zorro Rojo, comienza con la llegada del artista holandés Pat Andrea a Argentina en 1976, justo un día después del golpe militar del general Videla, unos hechos violentos y represivos de los que el artista será testigo en los meses posteriores.

Y unos sucesos que años después el pintor recordará a su regreso definitivo a Europa en una serie de dibujos inspirados en la puñalada, el tango y los ecos de Argentina bajo la bota de los torturadores que se tradujeron en un total de 35 dibujos a lápiz, carbón y acuarela.

A partir de ahí, el artista conecta con su amigo Julio Cortázar, impulsado por la galerista belga Elisabeth Franck para que le hiciera un prólogo para el libro. Cortázar quedó fascinado y meses después le dio el cuento El Tango de la vuelta, que antes había aparecido en el libro de cuentos del escritor argentino Queremos tanto a Glenda, con el título de Tango de vuelta.

De este libro se publicaron dos ediciones en holandés y francés, de 400 ejemplares, pero cuando la galerista, Elisabeth Franck, se disponía hacer la publicación en castellano y en inglés, sufrió una crisis de la que no se recuperó, dejando los libros ya editados en una especie de limbo e incógnita. Y no será hasta el año 2000, cuando la galerista Eugenia Niño recupera casi por casualidad 240 ejemplares escritos en lengua española y olvidados en un almacén de Miami. Y los expone en su galería Sen, de la calle Barquillo de Madrid, los 35 ejemplares decada uno de los dibujos.

En el epílogo de este libro ilustrado que sale ahora a la calle, el escritor Enrique Vila-Matas, bajo el título Puñales en la sonrisa, recuerda la crónica del periodista y escritor Ricardo Bada relatando cómo fue el hallazgo de estos ejemplares por parte de la galerista Eugenia Niño.

Y también cómo se quedó Cortázar cuándo vio los dibujos de Pat Andrea. “Era como para quedarse de piedra —dice—, aquellos dibujos de Pat se complementaban en un tango pasional perfecto con la historia que había narrado Julio, la ilustraba misteriosamente a la perfección, de modo que Julio decidió cambiarle ligeramente el nombre al cuento —de Tango de vuelta pasó a El tango de la vuelta—. Y cedérselo a su amigo dibujante para que en una interesante nueva vuelta de tuerca bailaran el tango de la casualidad: el tango reo de dos dioses que crean el mismo mundo desde dos sitios distintos”.
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