Cultura
Recuperan el arte de platicar
En una plática moderada por el también periodista Javier Solórzano, se habló de los problemas políticos y sociales del país
En una plática moderada por el también periodista Javier Solórzano, se habló de los problemas políticos y sociales del país, como las muertas de Juárez, la guerra al narco, la corrupción, los distintos pasajes trágicos a los que ha sobrevivido Lydia Cacho, así como los inicios de ex Caifan en la música, sus primeras influencias en la composición lírica y musical, la etapa difícil que vivió junto a otros colegas para poder tocar rock en los foros de la Ciudad de México, su aparición en la televisión, entre otros temas que fueron surgiendo en una conversación informal.
El público principalmente joven, estuvo presente convocado por la trayectoria y renombre de Saúl Hernández; la otra parte, la menos era la gente adulta, quienes asistieron interesados por la figura y crítica que hace Lydia Cacho en sus publicaciones en medios impresos y libros.
La periodista por su parte, definió a su trabajo basado principalmente en las letras como “historias que tienen más que ver con el dolor social que con el arte”, ya que desde joven le tocó vivir en carne propia una violación, hecho que la marcó para toda su vida y por la cual ha decidido luchar incansablemente contra la violencia de género, la violencia sexual y el machismo. Es por ello, que desde el principio de su labor periodística se enfocó más del lado de apoyar y dar a conocer causas sociales en las que se involucraba, a pesar de que su primera experiencia en la prensa fue escribiendo en la sección de artes, pero recuerda que alguna vez le dijeron que no era buena en su trabajo porque “vivía demasiado preocupada por la realidad”.
En cambio, “el jaguar mayor”, señaló que desde chico sintió “la necesidad de expresión, y de un camino hacia dónde ir”, entonces, “la música ha sido como una muleta en mi vida”.
En cualquiera de los dos casos, ambos personajes señalan que la música ha estado siempre cerca sus vidas y en momentos clave. Por ejemplo, Lydia recordó cuando salió de la cárcel e iba en una camioneta de regreso a su casa escuchando a todo volumen a Queen. “La música ha sido un elemento de sanación”, externó la autora de Los demonios del edén.
Por su parte, Hernández recordó que la música llegó a su vida por casualidad, “yo nunca fui a una escuela de música. Mi hermana sí, iba a clases de piano y guitarra. Y un día me encontré una guitarra empolvada con sólo dos cuerdas. Y comencé a jugar con ella. Lo demás ya es historia”.
La inspiración
El instinto como llama el líder de Jaguares a la inspiración, explica que para él es algo muy relativo porque “cada mente tiene un universo propio. Detrás de cada canción hay una historia que fundamenta la necesidad de escribir”.
Agrega que ha pasado momentos de “sequía” en el proceso creativo “de hasta ocho meses, en que no me sale nada. Y no creo mucho en el trabajo de querer escribir, las canciones forzadas no funcionan. Pero sí creo en la disciplina”.
En el caso de Cacho, refiere citando a Ricardo Rocha que “un reportero sin suerte no es reportero, porque hay que estar en el lugar indicado”. Y agrega que en lugar de inspiración, “la vida me ha ido preparando para recibir y saber tratar los distintos casos que me ha tocado vivir o tratar”.
Por las muertas de Juárez
Originalmente Jaguares se presentaría el próximo domingo en Ciudad Juárez, como parte de una marcha multitudinaria en apoyo a las muertas de Juárez, sin embargo como el grupo recibió amenazas de realizar el concierto en la capital de Chihuahua, el concierto tuvo que moverse a la ciudad de El Paso, Texas.
Casi al finalizar, los dos periodistas y el músico lanzaron a pregunta abierta, cómo es posible que la ciudad más militarizada del país es el sitio donde más feminicidios e inseguridad haya.
Para cerrar la mesa de diálogo, Cacho y Solórzano leyeron No te salves, de Mario Benedetti, poema que fue musicalizado por Saúl Hernández en la guitarra.
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