Cultura
Recuerdan la obra de Alberto Durero en recintos de Zaragoza
Una exposición en La Lonja y el Museo Ibercaja Camón Aznar, se integra de 445 obras de maestros del grabado
Bajo el título "Durero-Rembrandt-Goya", esta exhibición monotemática sobre el grabado, integrada por 445 obras, es un tributo a estos tres connotados artistas.
De Alberto Durero se presentan 103 piezas, con las cuales el público podrá tener un acercamiento al trabajo de quien es considerado una de las figuras más emblemáticas del Renacimiento en Europa septentrional, quien nació hace 541 años, el 21 de mayo de 1471.
Alberto Durero, pintor y grabador alemán que se caracterizó por ejercer una influencia como transmisor de las ideas y el estilo renacentistas a través de sus grabados, nació el 21 de mayo de 1471 en Nüremberg, Alemania.
Estudió en la escuela latina y recibió clases de pintura y grabado impartidas por su padre, Alberto Durero "El Viejo" y el destacado pintor Michael Wolgemut.
En 1494, tras concluir su educación, a los 23 años, viajó a Alemania y a Venencia, ciudad italiana a la que regresó entre 1505 y 1507 y fue el lugar donde recibió influencias de Giovanni Bellini.
Según la página electrónica "biografiasyvidas.com", el artista renacentista previo a esta época se casó y abrió un taller su ciudad natal Nuremberg, donde se dedicó a la pintura y especialmente al grabado.
Fue en este espacio donde creó la serie de grabados: "Apocalipsis", "La Gran Pasión" y "La Vida de la Virgen", los cuales fueron considerados revolucionarios en cuanto a concepción y complejidad de técnica: figuras plenas de expresividad, definidas por una multitud de detalles.
Luego de viajar a Italia y permanecer ahí durante un tiempo, creó obras de grandes dimensiones como "El martirio de los 10 mil" y "Adán y Eva", en las que incorporó la riqueza del colorismo veneciano en composiciones de gran dinamismo y repletas de figuras.
La fama se hizo presente en la vida de Durero, quien fue nombrado en 1512 como pintor de corte del emperador Maximiliano, para quien realizó retratos de carácter animado por la riqueza y variedad de las texturas.
No obstante ser un destacado del retrato y el autorretrato, el artista alemán mostró su más cabal genio en los grabados, entre los que destacan aquellos que realizó de 1513 a 1514, sobre temas imaginativos, que permiten varios niveles interpretativos: "El caballero, la muerte y el diablo", "San Jerónimo en su estudio" y "Melancolía I", ésta última nombrada por los especialistas como su obra cumbre de grabador.
En sus últimos años de vida, Durero se centró en la ejecución de un retablo para su ciudad natal: "Los cuatro apóstoles", obra de grandes dimensiones e intenso colorido, que refleja los numerosos estudios que había hecho sobre las proporciones y la monumentalidad de la figura humana.
De Alberto Durero se recuerdan además algunos de sus dibujos de plantas y animales, así como acuarelas creadas por puro placer a partir de paisajes que había contemplado durante sus viajes, y los bocetos de gente y lugares de los Países Bajos, que constituyen un testimonio histórico inapreciable.
El 6 de abril de 1528 el artista renacentista murió y fue enterrado en el cementerio de San Juan. Su amigo Willibald Pirckheimer fue el encargado de escribir su epitafio, que reza: "En memoria de Alberto Durero. Todo lo que en él había de mortal está enterrado bajo este túmulo".
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