Cultura

Recuerdan a Miguel Hidalgo y Costilla

Es considerado un luchador social

CIUDAD DE MÉXICO (08/MAY/2011).- En el 258 aniversario de su natalicio, el cura Miguel Hidalgo y Costilla fue recordado por el importante papel que jugó en la gesta independentista, por su carácter revolucionario y de luchador social, siempre preocupado por las clases más desprotegidas.  

En el jardín Hidalgo de la delegación Coyoacán, el secretario de Desarrollo Social del Distrito Federal, Martí Batres Guadarrama, destacó que la lucha de Hidalgo tuvo una dimensión eminentemente social, a favor de los esclavos, las castas y los indígenas.  

Batres asistió a la ceremonia conmemorativa en representación del Jefe del Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, y ahí habló de la enteresa del llamado Padre de la Patria, quien no dudó en denunciar los abusos españoles.  

Miguel Hidalgo y Costilla nació el 8 de mayo de 1753 en la Hacienda de Corralejo, cerca de Pénjamo, hoy Guanajuato, y murió en Chihuahua el 30 de julio de 1811.  

Fue un sacerdote y militar que destacó en la primera etapa de la Guerra de Independencia de México, que inició con un acto conocido en la historiografía mexicana como Grito de Dolores.  

Dirigió la primera parte del movimiento independentista, pero tras una serie de derrotas fue capturado el 21 de marzo de 1811 y llevado prisionero a la ciudad de Chihuahua, donde fue juzgado y fusilado el 30 de julio.  

En junio de 1765, Miguel Hidalgo junto a su hermano José Joaquín partió a estudiar al Colegio de San Nicolás Obispo, ubicado en Valladolid, capital de la provincia de Michoacán.  

El colegio había sido fundado en 1547 por Antonio de Mendoza y Pacheco, primer virrey de Nueva España, quien entregó la universidad y el edificio donde se alojaba a los miembros de la Compañía de Jesús, que instituyeron cátedras de Latín, Derecho y estudios sacerdotales.  

Fue en esta casa donde los hermanos Hidalgo estudiaron hasta 1767; en esta institución, Hidalgo estudió Letras latinas, leyó a autores clásicos como Cicerón y Ovidio, y a otros como San Jerónimo y Virgilio.  

A los 17 años de edad ya era maestro en filosofía y teología, por lo que entre sus amigos y condiscípulos se ganó el apodo de "El Zorro", por la astucia que mostraba en juegos intelectuales. Aprendió el idioma francés y leyó a Moliére, autor a quien años más tarde representaría en las jornadas teatrales que él mismo organizaba siendo párroco de Dolores.  

Gracias al contacto que tuvo con los trabajadores de su hacienda en su infancia, la mayoría de ellos indígenas, Hidalgo aprendió muchas de las lenguas indígenas habladas en Nueva España, principalmente otomí, náhuatl y purépecha, ya que la zona de Pénjamo era una de las regiones con mayor diversidad de grupos indígenas y de contacto entre el mundo nativo y el español.  
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