Cultura
Reconocimiento a la excelencia poética de José Emilio Pacheco
Pacheco se refirió a tiempos pretérritos en los que parecía que llegaba el fin del mundo y la humanidad siguió adelante
MADRID,ESPAÑA.- Con el Palacio Real de Madrid (España) como escenario, el escritor mexicano José Emilio Pacheco recibió ayer de manos de la reina Sofía el Premio de Poesía Iberoamericana que lleva su nombre y que reconoce el conjunto de la obra de un autor vivo.
En sus palabras de agradecimiento, el autor de títulos como Los elementos de la noche, Desde entonces o Ciudad de la memoria demostró su fama de pesimista y vitalista, y no quiso dejar de llamar la atención sobre las circunstancias por las que atraviesa el mundo y, particularmente, México.
El galardonado hizo hincapié, desde su faceta más realista, en que “hoy, la crueldad y la violencia extremas son el pan cotidiano, a las que se deben sumar el hambre y el desempleo”. En un momento de su discurso se identificó con los osos que ven desaparecer el suelo de nieve y hielo que les sustentaba.
Pacheco se refirió a tiempos pretérritos en los que parecía que llegaba el fin del mundo y la humanidad siguió adelante, como clara muestra de su vitalismo y su esperanza en el futuro.
El escritor mexicano agradeció el trabajo de Francisca Noguerol, autora de la antología Contraelegía, que se ha editado como parte del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, “porque en ella -dijo- he aprendido mucho de lo que ignoraba acerca de mí mismo”.
“Me siento muy satisfecho por recibir este galardón y ahora quiero más a los miembros del jurado”, bromeó el autor, que sin embargo, se negó a aceptar la distinción de ser “el mejor poeta mexicano vivo” que le otorgó una encuesta de la revista Letras Vivas en 2005. “No es una cuestión de modestia, porque si no, no estaría aquí”, manifestó.
Sin pretensiones ante el Cervantes
Pacheco también rechazó “cualquier pretensión” de encontrarse entre los posibles candidatos al Premio Cervantes de este año, tal y como dejaron entrever el presidente de Patrimonio Nacional español, Yago Pico de Coaña, y el rector de la Universidad de Salamanca, José J. Gómez Asencio, ambos copresidentes del jurado, quienes recordaron que cinco de los premiados con el Reina Sofía de Poesía obtuvieron después el Cervantes. “No aspiro a ningún otro premio”, comentó el poeta, que desde que recibió la noticia del galardón no ha podido escribir “una sola línea”, algo a lo que no está acostumbrado.
En sus palabras de agradecimiento, el autor de títulos como Los elementos de la noche, Desde entonces o Ciudad de la memoria demostró su fama de pesimista y vitalista, y no quiso dejar de llamar la atención sobre las circunstancias por las que atraviesa el mundo y, particularmente, México.
El galardonado hizo hincapié, desde su faceta más realista, en que “hoy, la crueldad y la violencia extremas son el pan cotidiano, a las que se deben sumar el hambre y el desempleo”. En un momento de su discurso se identificó con los osos que ven desaparecer el suelo de nieve y hielo que les sustentaba.
Pacheco se refirió a tiempos pretérritos en los que parecía que llegaba el fin del mundo y la humanidad siguió adelante, como clara muestra de su vitalismo y su esperanza en el futuro.
El escritor mexicano agradeció el trabajo de Francisca Noguerol, autora de la antología Contraelegía, que se ha editado como parte del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, “porque en ella -dijo- he aprendido mucho de lo que ignoraba acerca de mí mismo”.
“Me siento muy satisfecho por recibir este galardón y ahora quiero más a los miembros del jurado”, bromeó el autor, que sin embargo, se negó a aceptar la distinción de ser “el mejor poeta mexicano vivo” que le otorgó una encuesta de la revista Letras Vivas en 2005. “No es una cuestión de modestia, porque si no, no estaría aquí”, manifestó.
Sin pretensiones ante el Cervantes
Pacheco también rechazó “cualquier pretensión” de encontrarse entre los posibles candidatos al Premio Cervantes de este año, tal y como dejaron entrever el presidente de Patrimonio Nacional español, Yago Pico de Coaña, y el rector de la Universidad de Salamanca, José J. Gómez Asencio, ambos copresidentes del jurado, quienes recordaron que cinco de los premiados con el Reina Sofía de Poesía obtuvieron después el Cervantes. “No aspiro a ningún otro premio”, comentó el poeta, que desde que recibió la noticia del galardón no ha podido escribir “una sola línea”, algo a lo que no está acostumbrado.
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