Cultura

Reconocen la importancia y trascendencia de la Biblioteca de México

Conaculta informó que este recinto alberga un gran acervo dividido en cuatro colecciones básicas y que tiene capacidad para atender a más de tres mil usuarios al día

CIUDAD DE MÉXICO (02/NOV/2010).- Con una capacidad para atender a más de tres mil usuarios por día y con un vasto acervo dividido en cuatro colecciones sobre todos los temas, la Biblioteca de México "José Vasconcelos", es hoy en día uno de los más importantes centros culturales y de lectura de la ciudad y del país.  

El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) refiere que su acervo asciende a los 250 mil volúmenes y está organizado en cuatro colecciones básicas: Colección general, la más grande y que aborda temas específicos en las diferentes ramas del conocimiento humano; Colección de Consulta, integrada por diccionarios generales, anuarios, enciclopedias, atlas y almanaques, entre otros.  

Se complementa con la Colección de Publicaciones Periódicas o Hemeroteca, que congrega revistas, periódicos y Diario Oficial de la Federación, incluida la Gazeta, publicada en 1722, y la Colección infantil, con libros de estudio, recreativos y de consulta; revistas, archivo vertical y juegos didácticos para niños de entre 5 y 12 años.  

En lo que se podría considerar como la sección más apreciada de la Biblioteca, se ubican las colecciones especiales.  

Tal es el caso, dice, del Fondo reservado, compuesto por libros raros o particularmente valiosos, ya sea por su antigüedad, impresión, encuadernación o por haber pertenecido a personalidades destacadas en algún campo de la vida humana, como Carlos Basave, Felipe Teixidor, Jesús Reyes Heroles, Antonio Caso y José Luis Martínez.  

El libro más antiguo que alberga es un incunable europeo encuadernado en papel, titulado 'Sermones fratris roberti', de 1490.  

Existe también, agrega en un comunicado, una Colección especial de sistema Braille, para ciegos y débiles visuales, así como una fonoteca y discos compactos, en su mayoría obras literarias; ofrece servicios adicionales de lectura, grabación de textos y búsquedas por internet, entre otros.  

Otra más es la Colección de videogramas, integrada por títulos en los formatos VHS y DVD, que se encuentran a disposición de los usuarios en forma gratuita, con el propósito de difundir parte de los mejores aportes fílmicos, realizados en los ámbitos educativo, cultural y recreativo, divididos en cinco series: culturales, para niños, clásicos del cine, lo mejor del cine en video y películas comerciales.  

Mención especial, señala, merece la Colección Fondo México, cuya sala fue inaugurada en octubre de 1995, con el propósito de contar con una colección rica en lo que a México se refiere y para proporcionar un espacio que, por su conformación y arquitectura, resulte agradable a la multitudinaria y cotidiana afluencia de usuarios.  

Contiene información sobre humanidades y artes de nuestro país, tanto por autores mexicanos como extranjeros.  

La Biblioteca de México 'José Vasconcelos' adoptó como sistema de clasificación para ordenar los materiales documentales (excepto en los casos de la colección hemerográfica y la de videogramas), el creado por el estadounidense Melvil Dewey (1851-1931), quien dividió el conocimiento humano en diez clases.  

Este sistema, explica, se denomina decimal y es generalmente utilizado por las bibliotecas públicas, pues se adapta fácilmente al tamaño y naturaleza de sus acervos.  

Por lo que toca a la clasificación de sus salas, comenta que la Sala 1 reúne materiales relativos a Generalidades, Filosofía y disciplinas afines, Religión, Ciencias sociales, Geografía e Historia; en la Sala 2 figuran Computación, Lenguas, Ciencias Puras, Ciencias Aplicadas, Bellas Artes y Literatura.  

Cuenta, además, con un catálogo automatizado, herramienta electrónica que permite al bibliotecario la localización rápida y eficaz de los materiales bibliográficos por autor, título o tema.  

A todo lo anterior se suman otros servicios como actividades culturales, consulta en sala, préstamo interno, préstamo a domicilio de videogramas, préstamo interbibliotecario, fotocopiado y módulo de servicios digitales.  

Paralelamente, continúa, ofrece actividades como talleres de fomento a la lectura, la hora del cuento, proyección de películas, taller de ajedrez, visitas guiadas.  

Los orígenes del edificio que hoy ocupa la Biblioteca de México, se remontan 200 años atrás, cuando la Plaza de la Ciudadela -donde está ubicada- fue asiento de la Real Fábrica de Tabacos; al estallar la Guerra de Independencia y por su estratégica posición, sirvió como cuartel general y cárcel.  

Ahí, José María Morelos y Pavón pasó sus últimos días antes de ser fusilado en Ecatepec; en 1913, fue escenario de la sangrienta Decena Trágica que derrocó a Francisco I. Madero; y tras décadas de ser subutilizado, en 1946 se instaló la Biblioteca de México que es hoy, uno de los más importantes centros culturales y de lectura de la ciudad y del país.  

Su nacimiento estuvo vinculado con un proyecto que originalmente se concibió para la Biblioteca Nacional. En 1943, Jaime Torres Bodet -quien fuera secretario de José Vasconcelos en la Universidad y jefe de bibliotecas bajo su mando en la Secretaría de Educación Pública (SEP).  

El 27 de noviembre de 1946, un mes antes de que Torres Bodet dejara la Secretaría de Educación Pública, al concluir el periodo presidencial de Manuel Avila Camacho, Vasconcelos tomó posesión como director de la Biblioteca de México; además de mantener la titularidad de la Nacional de la Universidad Nacional Autónoma de México, a la que renunció en febrero de 1947.  

Como lo había hecho antes en San Ildefonso y en la sede de la SEP, Vasconcelos ocupó el inmueble de estilo neoclásico que el ingeniero Manuel Agustín Mascaró y el ingeniero militar Miguel Constanzo construyeron en 1797 y lo dotó de obras de arte, murales y esculturas.  

Por ejemplo, los bustos de grandes pensadores de la antiguedad griega como Homero, Esquilo, Sócrates, Platón, Aristóteles y Eurípides; sin olvidar a figuras de la literatura occidental como Dante, Lope de Vega, Cervantes, Shakespeare, Calderón de la Barca y Goethe, quienes tanto influyeron en su vida espiritual.  

El célebre maestro y pensador oaxaqueño permaneció al frente de la biblioteca casi trece años, hasta el día de su muerte (1959) y en ese trayecto, la convirtió en una de las mejores del país.  

Creó servicios para todo tipo de lectores, desde niños hasta adultos, para amas de casa y profesionistas; reunió colecciones de grandes intelectuales como Antonio Caso, Carlos Basave, parte de la desaparecida Biblioteca de Ciencias Sociales y la Colección Palafox, con obras de teología en latín.  

Sin embargo, no logró consolidar la institución con la que soñaba, basada en el modelo de la Biblioteca Nacional de Francia; aunque, quizás sin sospecharlo, fundó una biblioteca cuyo crecimiento al paso de los años, la ha convertido en la más importante de la ciudad de México y del país. Le sucedió en el cargo María Teresa Chávez Campomanes, quien lo ejerció hasta 1979.  

En 1980, la Secretaría de Educación Pública se propuso convertir el espacio en centro cultural.  

Para ello, en 1987 encargó al arquitecto Abraham Zabludovsky desarrollar un proyecto de remodelación y restauración del edificio; la nueva biblioteca fue reinaugurada el 21 de noviembre de 1988, como culminación del Programa Nacional de Bibliotecas; el escritor Jaime García Terrés fue nombrado nuevo director, puesto en el que permaneció hasta su fallecimiento el 29 de abril de 1996.  

El nuevo Centro Cultural inició sus actividades culturales con tres salas de exposiciones y un museo de sitio.  

En 1990, García Terrés fundó la revista "Biblioteca de México", publicación bimestral que difunde escritos raros o desconocidos de los grandes autores, acompañados de colaboraciones de poetas, ensayistas y narradores contemporáneos.  

Además de analizar los temas sustantivos de la tradición literaria bibliográfica, a través de números monográficos dedicado a la historia del libro y las bibliotecas, así como a autores nacionales y extranjeros de primera importancia.  

A la muerte de García Terrés, en 1996, el también escritor y poeta Eduardo Lizalde fue designado como nuevo titular de la Biblioteca de México, quien ha dado continuidad al esfuerzo por hacer de ese espacio un importante centro cultural con salas de exposiciones, foro teatral, auditorio, aula de cursos y talleres.  

En la actualidad es el puntal de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas de Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y, en el año 2000, adquirió el nombre de José Vasconcelos por disposición presidencial, para evocar la gran obra con que el pensador, revolucionó al sistema educativo mexicano.  
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