Cultura
Recibirán en Pátzcuaro la exposición ''Heliografías'', de León Ferrari
La muestra permanecerá en el Centro Cultural Antiguo Colegio Jesuita, ubicado en Pátzcuaro, hasta el 11 de septiembre próximo
La muestra del artista argentino León Ferrari, que está conformada por 26 obras, será abierta en la Sala Alfredo Zalce del mencionado recinto cultural, acogida por el gobierno de Michoacán, a través de la Secretaría de Cultura.
La serie propone un catálogo de situaciones que, a través de microrrelatos, componen una especie de polifonía, una metáfora de la sociedad global contemporánea. Hay una tensión entre el juego formal de imágenes y el duro mensaje que de ellas emana.
Las obras oscilan entre la abstracción y la figuración, en una paradoja de la representación. Se distinguen principalmente dos voluntades complementarias: el caos y el orden.
León Ferrari realizó sus primeros planos heliográficos en la ciudad que eligió como refugio para su familia durante la dictadura militar en Argentina de 1976, San Pablo. Durante su estancia contactó con las vanguardias brasileñas, a partir de sus relaciones con los artistas Regina Silveira, Julio Plaza, Aracy Amaral y Mira Schendel.
A partir de ese momento, comenzó a desarrollar investigaciones acústicas mediante sus esculturas sonoras, además de que empezó a realizar sus primeras obras sobre poliéster para ser reproducidas en copias heliográficas.
A través del diseño de planos de arquitectura y de la utilización de estampas, Ferrari construye obras que estimulan un imaginario de las relacionas humanas, con nudos de autopistas imposibles, estructuras en las que los usos del automóvil y los peatones están invertidos, entre otras construcciones inverosímiles.
Según el autor de las obras, la locura en sus creaciones no fue motivada, sino que aparecía inesperadamente. Por otra parte, el artista mantiene presente que la dictadura lo dejó marcado, creando una necesidad de expresar esos años vividos.
Ferrari no tiene el propósito de significar algo definido, las heliografías tienen un aspecto de planos o urbanizaciones con cierta gracia surrealista y, finalmente, cada obra será interpretada de manera subjetiva por los espectadores. Para él representan el absurdo de la sociedad actual.
Así, el artista se vale de inofensivas e ingenuas figuras, códigos en sí mismos de baja significación, para plasmar un mundo enloquecido, no exento de humor e ironía a través de su particular diseño espacial, la disposición del mobiliario y su propuesta de uso.
Entre los temas que representa figuran tópicos de la condición humana, situaciones de poder, jerarquías, la masificación, la uniformidad, la disciplina, el hacinamiento, el sometimiento y la desesperanza.
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